Mari Luz Pérez PérezARTE DEL SIGLO XV AL SIGLO XIX
"Jeremías lamentando la destrucción de Jerusalén" 1630 (Detalle)
Óleo sobre roble, 58 x 46 cm.
Colección Rijksmuseum, Amsterdam
REMBRANDT VAN RIJN (1606–1669) representa al profeta Jeremías, quien lamenta que su predicción sobre la destrucción de Jerusalén de Jeremías 32 y 33 se haya cumplido. Se considera "una de las mejores obras de los últimos años de Rembrandt en Leiden".
La obra muestra al viejo profeta sentado en una pendiente rocosa junto a una columna iluminada por el fuego abrasador. La intensa tristeza que irradia el frágil anciano es casi palpable. Su cabeza descansa sobre su mano izquierda mientras su codo descansa sobre un libro marcado "Bibel". En una piedra junto a él hay santuarios del templo en ruinas: un cuenco de oro, lata y libros. En la parte inferior izquierda vemos la ciudad en llamas. Los soldados de Nabucodonosor asaltan la ciudad. En la escalera, pintada de pequeño, se ve a un hombre que se agarra los ojos con las manos: es el cegado Sedequías. Una figura misteriosa se cierne sobre la ciudad con una antorcha en la mano.
La destrucción de Jerusalén en el fondo está pintada en el panel con pinceladas sueltas y esquemáticas, en colores marrón y amarillo relativamente delgados en la pintura. Rembrandt hace uso del empaste en varios lugares aquí.técnica, en la que raspaba la pintura húmeda con un cuchillo o con el extremo romo del pincel. Jeremías está pintado con mucha más delicadeza, con atención a los detalles más pequeños. Llama la atención la frente arrugada de Jeremiah, donde cae toda la luz. Su capa ribeteada de piel, el vestido de terciopelo con el borde bordado (también trabajado en empaste) y la vajilla brillante se destacan adicionalmente. Todo esto contrasta con la representación, por lo demás bastante oscura, típica de la forma de trabajar de Rembrandt. El profeta está representado en diagonal, paralelo a una nube de luz que forma la transición entre el primer plano y el fondo: indica que Jeremías no participa en el evento, pero lo ve ante él como en una visión.
Rembrandt pintó a Jeremías de luto por la destrucción de Jerusalén a la edad de 24 años, todavía en su período de Leiden. Tan joven como era, ya demostró ser un verdadero maestro en retratar emociones. La pintura también muestra su especial interés por los temas bíblicos incluso antes de mudarse a Amsterdam . Debido a su diseño ambicioso y tratamiento variado, la obra es ampliamente considerada como un punto culminante de su obra temprana.
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