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Thursday, October 10, 2024

LA NECESIDAD

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La necesidad

Aviso a los ingenuos: ¡no hay casualidades!

Qué curioso fenómeno es el de la necesidad. Basta que necesites algo para que no lo tengas; y cuando no lo necesitas, puede estar —y normalmente está— presente en abundancia. Este empírico axioma es una especie de variante modificada de la popular y bien conocida ley anglosajona de Murphy, que dice que si existe la posibilidad de que algo salga mal, mal saldrá.

            Los hay que no creen en estas cosas, y lo atribuyen todo al azar. Y quizá los sucesos de nuestra vida sean efectivamente azarosos: se reparten, se condensan, se acumulan, ralean, se disipan y desaparecen sin aparente orden ni concierto, sin previsible propósito ni fin. Podría ser así; aunque el ínclito Jung estaría en desacuerdo, y Ernesto Sábato se hallaba tan convencido de lo contrario que en una de sus novelas lo resaltó en forma de advertencia encuadrada en medio de una de las páginas del libro: «AVISO A LOS INGENUOS: ¡NO HAY CASUALIDADES!».

            El caso es que necesitas trabajo y no lo tienes; y cuanta más falta te hace, más te acucia su escasez. Y necesitas dinero, y el dinero te evita cual alma sana que huye de un afligido por la peste. Y necesitas amor, y el amor se te niega como si hubieras pactado perpetuos votos de abstinencia sentimental con los caprichosos hados que rigen las veleidades del corazón.

            ¡Ah, la suerte, y su arbitraria y mareante rueda de fortuna y desventura! Gira y gira, tal diabólica ruleta, ante los ojos vidriados y ansiosos de las vastas cohortes de miserables que el mundo alberga y descobija.

            He formado parte en innumerables ocasiones de esa lamentable y lastimera tropa, aunque me levante —y tal vez en esto me distinga— una y otra vez de la inhóspita lona de la desdicha. Existe, en lo que a mi empecinamiento se refiere, una famosa definición de la locura, según la cual consiste la insania en repetir cíclicamente lo mismo, un día sí y otro también, con la esperanza de que alguno de los idénticos intentos arroje resultados diferentes. Yo siempre he pensado que, si eso es cierto, la propia vida sería un crónico acceso de locura, pues en bien poco difiere de la mencionada definición.

            Cervantes dijo: «Paciencia y barajar». Hay otros que sentencian: «A Dios rogando y con el mazo dando». Puesto que ambos procederes son en cierto modo inevitables, insistir en ellos no es tan mala idea, habida cuenta de que el mero hecho de haber nacido nos condena en última instancia a la futilidad. Y hasta la ley de las probabilidades tiene sus fatales —o benditos— ciclos de sombra y de luz.

Roger Wolfe (Westerham, Kent, 1962) es poeta, narrador y ensayista. Autor, entre otros libros, de «Días perdidos en los transportes públicos», «Hablando de pintura con un ciego» o «El arte en la era del consumo».
Roger Wolfe

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