"No puedo hacerte entender. No puedo hacer que nadie entienda lo que está sucediendo dentro de mí. Ni siquiera puedo explicarlo a mí mismo".
Franz Kafka.
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CIBERCUBA: El camino de Ugás hasta la gloria conquistada en la T-Mobile Arena de Las Vegas frente a uno de los boxeadores más grandes de la historia, ha sido quizás la pelea de su vida. Exitoso pugilista amateur en Cuba, Ugás –quien boxea desde los seis años- conquistó un bronce olímpico en Beijing luego de confirmarse durante años como el mejor peso ligero en los campeonatos de Cuba y haber ganado el Campeonato Mundial de Boxeo Amateur de peso ligero en 2005 a los 19 años. Sin embargo, al exitoso peleador amateur lo movía una ambición mayor: coronarse campeón mundial de su categoría en el boxeo profesional. En busca de su sueño, Ugás pidió la baja del equipo nacional cubano e intentó varias salidas ilegales de la isla, por las cuales estuvo tras las rejas hasta en seis ocasiones. Sin sospecharlo, con sus injusticias el régimen cubano forjó el carácter y las ideas de un hombre que en lo adelante llevaría la motivación de ganar por él y por la libertad cada vez que subía al ring. Finalmente, un azaroso viaje de dos días en un pequeño bote lo llevó hasta México y en 2010 el pugilista de Santiago de Cuba consiguió llegar a Estados Unidos. Sin embargo, sus infortunios no terminaron ahí, pues durante casi nueve años el régimen no le permitió reunirse con su familia. Separado de su familia, Ugás tuvo que alcanzar un extra de concentración y voluntad para adentrarse en el mundo del boxeo profesional. Nadie dijo que ese sería un camino fácil, y Ugás pudo comprobarlo tras su primera derrota en el profesionalismo en 2012. Su promotora, Top Rank, lo abandonó con el primer fracaso, provocándole una gran decepción. Dos fallos contrarios por puntos, con los que siempre mostró su desacuerdo, provocaron que se alejara del boxeo entre 2014 y 2016. “Estaba deprimido. Vivía en New Jersey y comía ramen (fideos japoneses) mientras decidía que hacía con su vida”, relató el Chicago Tribune. Fue entonces que el boxeador recibió el apoyo de otro gran deportista cubano emigrado, el lanzador de los New York Yankees, Aroldis Chapman, quien le ayudó a volver al camino del boxeo profesional en 2016. De ahí, que su nickname sea "54 Milagros": 54 es el número de su mejor amigo Chapman, y "Milagros" es el nombre de su madre.
“Vengo de un país comunista donde ni siquiera podía convertirme en profesional. Me convertí en un hombre libre, me convertí en un campeón. Tengo una hermosa prometida. Y he enorgullecido a mamá, he trabajado duro y con la ayuda de Dios he hecho realidad los sueños”, expresó Ugás en su cuenta de Twitter.
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