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Sunday, April 11, 2021

LOS AUTOS PERDIDOS.CUENTOS DE ORLANDO VICENTE.CUBA

 


UN AMOR ADOLESCENTE Y EL AUTO PERDIDO COMO HIJO DESAPARECIDO UN MOSCOVICH CAR


TRES HISTORIAS 




UN AMOR ADOLESCENTE----  EL AUTO PERDIDO COMO HIJO DESAPARECIDO UN MOSCOVICH CAR

   Ella se sentaba en una mesa frente a la mía en el laboratorio de química por lo que me ofrecía una vista completa de todo su ser. Éramos entonces muy jóvenes, cursábamos el onceno grado del Preuniversitario de Guantánamo, Cuba. Me fui enamorando poco a poco, como quien no quiere la cosa, yo tenía novia oficial y ella estaba libre.
   Era flaca como una espiga, pero con una abundante cabellera negra y un rostro divino con unos profundos ojos negros. Miraba atentamente al profesor y de vez en cuando su mirada se perdía en la mía y la sostenía por unos segundos. No hablaba con nadie. Era orgullosa y tenía la soberbia de Scarlet O’Hara en Lo que viento se llevó: como si recién hubiera salido de un cuadro de consunción pulmonar, frágil y delicada en sus rasgos pero con un carácter implacable.
   Mis amigos que conocían mi creciente amor por la chica le pusieron La Princesa Escarlata y a su fiel amiga de clase que no era agraciada: la Bruja de la Torre Abandonada. Era el mejor expediente de la clase y la segunda de todo el curso. A la hora del recreo no salía al patio como todos los demás. Yo me quedaba solo con ella en el aula con la mirada fija en su figura sin decir una palabra. Su frialdad y mi timidez ponían distancia y no propiciaban un acercamiento.
   En la clase de Ingles me ingenie para sentarme frente a su pupitre para oír su voz, para recibir su roce. Pero ella permanecía en silencio como buena alumna que era y de vez en cuando nuestros brazos se tocaban y era como una corriente eléctrica que me recorría el cuerpo.
   En las fiestas privadas o que hacían en la escuela yo buscaba su presencia y ahí estaba con su melena rizada negra y su belleza de Escarlata. Yo del brazo de mi novia no perdía ni uno solo de sus movimientos, celoso de cualquier joven que se le acercaba a bailar. Pero ella rechazaba a todos y miraba al suelo o su mirada se perdía en la nada. Poco a poco deje de amar a mi novia y me entregue a aquel amor imposible que parecía terminar en platónico. Ella fue  la causa del rompimiento y me quede libre, esperando la oportunidad de confesarle mi amor pero la distancia y la frialdad que imponía siempre mataba todo impulso de acercarme.
   Soñaba y pensaba en ella y le escribía a escondida poemas de amor como buen romántico que era. No se los entregaba. Los guardaba en un cajón de mi cómoda.
   Así termino el curso, ella con las mejores notas del aula. Más tarde ambos tomamos la carrera de Medicina en Santiago de Cuba. Con el transcurrir de los meses mi amor adolescente se había enfriado aunque de vez en cuando soñaba con ella. Ella por fin tenía novio, un rubio guapo. Yo también tenía novia: mi esposa actual.
   Una noche la vi sola en la terminal de ómnibus de Santiago esperando en el andén. Me le acerque rápidamente. Ya había perdido la timidez de la adolescencia. Acerque mi cabeza a su oído:
__ Señorita X recuerda cuando estábamos en onceno grado en el Pre Rubén Batista.
__ Sí. Como no.
__ ¿Y no se percató nunca de mi mirada clavada todo el tiempo en la suya?
Ella era ya una chica comprometida y su respuesta seria obvia.
__ No. No me percate.
__ Pues Dejame decirle que usted fue el gran amor de mi vida, que pensaba y soñaba todo el tiempo en usted. No me diga que su instinto femenino no le dio la voz de alarma…
__ No, nunca me di cuenta, podías habérmelo dicho entonces.
__ Es que su frialdad ponía distancia y me parecía imposible que me correspondiera…
__ Pues vez. Ya es tarde. Amo a mi novio y vamos a casarnos. ¿Y por qué me dices eso ahora?
__ Para que no se convierta en un amor platónico. Al decírselo me desahogo porque de aquel fuego solo cenizas quedan. Quería que lo supiera que por mirar el vacío no se dio cuenta de mi gran amor por ti.
__ Bueno. Ya paso. Cosa de adolescente.
   Y eso fue todo. Pero dentro de mi yo sabía que ella entonces  sabía que la amaba y que no hizo caso. La intuición femenina nunca falla pero peor hubiera sido que se lo hubiera confesado entonces y un no de su parte me hubiera roto el corazón para siempre. Mejor así conservaba la magia y el descubrimiento constante y siempre ella sería una referencia de las mujeres que ame después.
   Y me fui a Guantánamo en el mismo ómnibus que ella, soñando con ella como lo hago ahora que soy un hombre maduro y de vez en cuando viene ella joven y ligera como un fantasma que se acerca pero no repara en mí y yo desolado estiro una mano para atraparla y ella se desvanece como la niebla del amanecer uruguayo.
DR ORLANDO VICENTE ALVAREZ
       
Publicadas por Vicenteorlando3 a la/s 01:34 No hay comentarios.:
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MIÉRCOLES, 25 DE MAYO DE 2016


MI AMADO MOSKOVICH 

    HAY RECUERDOS QUE NUNCA SE OLVIDAN Y HASTA SE SUEÑA CON FRECUENCIA CON ELLOS. ESE  ERA EL CASO DE MI AUTO MARCA MOSKOVICH, POR SUPUESTO QUE RUSO, Y QUE INUNDARON LA CIUDAD, COMO UN ESTÍMULO PARA LOS PROFESIONALES MÉDICOS A FINALES DE LOS 80’.
    DECIR “ME DIERON”  UN AUTO ES UN EUFEMISMO PUES LO TUVIMOS QUE COMPRAR MI ESPOSA Y YO PESO A PESO Y BIEN CARO QUE COSTABAN PARA EL SUELDO DE UN MÉDICO. PERO AHÍ ESTABA EL MOSKOVICH EN EL GARAJE DE CASA, BRILLANTE Y RELUCIENTE COMO EL CAFÉ CON LECHE MAÑANERO.
    ME SENTÍA UN PRIVILEGIADO PUES LOS DEMÁS  MÉDICOS Y PROFESIONALES NO TENÍAN AUTO SINO DE LAS ANTIGUAS MAQUINAS AMERICANAS QUE SOBREVIVÍAN COMO DINOSAURIOS ANTEDILUVIANOS.
     EL AUTO REPRESENTO UN GRAN AVANCE EN NUESTRAS VIDAS. NOS SERVÍA PARA IR AL TRABAJO Y A LA PLAYA O EL CAMPO LOS DOMINGOS. HASTA LE PUSIMOS NOMBRE: LESTER.
     A LESTER YO LO BAÑABA  Y ABRILLANTABA CADA VEZ QUE PODÍA, LO LLEVABA AL MECÁNICO COMO A UNA SEÑORITA AL DENTISTA PARA MANTENER BUENA DENTADURA. TENÍA UN BUEN MOTOR, LOS SOVIÉTICOS HABÍAN COPIADO A LA RENAULT EN ESO, LO DEMÁS, COMO EL CARBURADOR  ERA COMO UNA CARIE QUE DUELE UNA Y OTRA VEZ.

    YA ERA MIEMBRO DE LA FAMILIA, FUE EL PRIMER  HIJO QUE TUVE, DESPUÉS VINIERON JENNIFER Y ORLANDITO QUE LO PUDIERON DISFRUTAR UN TIEMPO. A ORLANDITO LE ENCANTABA ENTRAR AL GARAJE CONMIGO SENTADO SOBRE MIS PIERNAS Y CONDUCIÉNDOLO, ERA SU MAYOR FELICIDAD.

    CUANDO DECIDÍ EXILIARME SABÍA QUE PERDERÍAMOS A LESTER PUES MI ESPOSA NO PODRÍA QUEDARSE CON ÉL. ASÍ QUE SE LO QUITARON LAS AUTORIDADES PORQUE ESTABA A MI NOMBRE Y ERA UN AUTO  ENTREGADO POR CASTRO A PESAR DE LO HABÍAMOS PAGADO HASTA EL ÚLTIMO CENTAVO. COSAS DE LA TIRANÍA.
    CUANDO FUI A GUANTÁNAMO 18 AÑOS MÁS TARDE NO QUISE PREGUNTAR POR EL DESTINO DE LESTER. UN CUÑADO MÍO ME DIJO QUE HABÍA VISTO LA CARROCERÍA POR ALLÁ POR ALLÁ POR UN PUEBLUCHO PERDIDO AL OESTE DE GTMO, VILLORRIO. LO RECOMIÓ POR LA CHAPA, ERA UNA GUARIDA DE GATOS, LO HABÍAN DESVENCIJADO.
     LA NOTICIA ME DOLIÓ COMO CUANDO UNO PIERDE UN FAMILIAR CERCANO, LESTER EL CARRO DE MIS SUEÑOS EN EL EXILIO EN URUGUAY HABÍA MUERTO. SOLO ME QUEDA EL RECUERDO DE MIS PEQUEÑINES RIENDO ALEGRE  CUANDO EN LOS DOMINGOS LOS LLEVABA A LA PLAYA Y LESTER LOS LLEVABA COMO UN CARRO QUE IGNORABA SU DESTINO FINAL. 

          





DR ORLANDO VICENTE ALVAREZ
CUBANO URUGUAYO
GENIO

 

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