Elsa Carreño PazARTE, HISTORIA, FILOSOFÍA, CINE, LITERATURA Y OTROS MENESTERES
Viejo y solo,
Pensé que un perro
hubiera colmado
mi existencia vacía.
Lo encontré callejero, sucio, hambriento;
Le hice una caricia, me siguió sin temor.
Ahora es mi perro,
Soy su dueño.
Hablo con él, él me responde
Lambándome las manos.
′′ Fido, mañana no tendremos para comer,
La jubilación terminó, tendremos que esperar!.
Llega ese bendecido día,
en la fila, con los otros jubilados,
el libreto del tiempo desgarrado
apretado en las manos,
Mi turno espero.
Fido menea contento.
Él sabe que hoy comeremos más
y un poco mejor.
Ya es invierno.
Está fría mi casa sin fuego.
Él está cerca y me calienta.
El comienzo de la primavera
nos encuentra unidos agradeciendo al sol,
mientras desde el corazón
me nace una oración:
′′ Gracias, Señor,
De haber creado al perro..
.
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María Montes
Fotoweb.
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