Si empujo la puerta de un libro de Beyle, entro en Stendhalia, como lo haría en una casa de vacaciones: la preocupación cae de los hombros, la necesidad desaparece, el peso del mundo disminuye, todo es diferente: el sabor del aire, las líneas del paisaje, el apetito, la ligereza del vivir, incluso el saludo, el trato con la gente. Ya se sabe (y tal vez se repite algo complacientemente, pues no obstante es mucho decir), todo gran novelista crea un “mundo”; Stendhal, hace a su vez más y menos: funda desde la distancia para sus verdaderos lectores una segunda patria habitable, un retiro suspendido fuera del tiempo, no verdaderamente situado, no verdaderamente fechado, un refugio hecho para los domingos de la vida, donde el aire es más seco, más tonificante, donde la vida transcurre de manera más natural y más pura; un Edén de las pasiones en libertad, irrigado por la felicidad de vivir, donde en definitiva, nada muy malo puede suceder, donde el amor renace de sus cenizas, donde incluso la desgracia verdadera se transforma en pesar sonriente…
- Julien Gracq
La Alhambra
Óleo sobre lienzo
Técnica espátula
Medidas 40x50
Año 2021…
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501Silvia Garcia y 500 personas más
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