El valioso tiempo de los madurosConté mis años y descubrí que tendré menos tiempo para vivir de ahora en adelante de lo que he vivido hasta ahora.Tengo mucho más pasado que futuroMe siento como ese niño que recibió una cuenca de cerezas. Las primeras, él chupó displicente, pero entendiéndose que faltan pocas, le duele el bulto.Ya no tengo tiempo para lidiar con las mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflamados. Me inquieto por los envidiosos tratando de destruir a quienes admiran, codiciando sus lugares, talentos y suerte.Ya no tengo tiempo para conversaciones interminables, para discutir asuntos inútiles sobre vidas ajenas que ni siquiera forman parte de la mía. Ya no tengo tiempo para administrar melindres de personas, que a pesar de la edad cronológica, son inmaduras.Odio hacer acareación de desafectos que se pelearon por el majestuoso cargo de secretario general del coral.La gente no debate contenido, solo etiquetas. Mi tiempo se ha vuelto escaso para debatir etiquetas, quiero la esencia, mi alma tiene prisa.Sin muchas cerezas en Cuenca, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana; que sabe reírse de sus tropiezos, no se deleita con triunfos, no se considera electa antes de la hora, no huye de su mortalidad, quiero caminar cerca de cosas y Gente de verdadLo esencial hace que la vida valga la pena.Y para mí, basta lo esencial!(Ricardo Gondim)Ver originalCalificar esta traducción
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