′′ El hecho es que en el tiempo de Sócrates, el significado de gran parte de los mitos pertenecientes a la época anterior había sido olvidado o constituía un secreto religioso celosamente guardado, aunque todavía había representaciones pictóricas en la iconografía religiosa y narrativas geniales de las que atraían los poetas . Invitado a creer en la Quimera, los Hipocentauros o el caballo alado Pegaso, todos claros símbolos cultuales pelásgicos, el filósofo se sentía obligado a rechazarlos como improbabilidad zoológica; y sin tener ni idea de la verdadera identidad de la ′′ ninfa Orizia ′′ o de la historia del antiguo culto ateniense de Borea, podía ofrecer, de su secuestro en el monte Ilisso, solo una explicación naturalista trivial." (Robert Graves, la diosa blanca, 1948)IMG: Alexandre Séon, la desesperación de la quimera (1892) - Colección Pierre Elie Flammand, ParísVer originalCalificar esta traducción
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