“...todo el mundo sabe que cuando el tiempo empuja en su afán de poner las cosas en su sitio, hay patrias que se pierden y ya nunca se recuperan”
Hay identidades ocultas a la fuerza y hay quien busca voluntariamente la invisibilidad. En cualquier caso, la identidad está en juego, qué y quienes somos, cómo nos vemos a nosotros mismo y cómo nos ven los demás.
“Fantasmas azules” de Paula Farias publicada por @adnovelas es una novela breve, demasiado breve por lo hermosa que es, por la historia, o mejor, historias que nos cuenta, por los personajes que nos presenta y sobre todo por la manera tan sutil, poética y delicada, tan llena de música y color cómo nos la cuenta.
El escenario es Afganistán, tierra primitiva tan noble como dura, tierra de guerrillas en las montañas y tardes de anís en el “haman”. Fantasmas azules son las mujeres que recorren las calles ocultas bajo los velos de sus burkas. Todas por imposición, excepto María, una periodista occidental que voluntariamente acepta una corresponsalía en el país, para huir de una ruptura amorosa. Bajo las capas de tela azul, descubre el placer de ser invisible para los demás y, aunque parezca contradictorio, gozar de una libertad plena.
Tras sus pasos, la busca Simon,enviado por Ulises, ex pareja de María que, irónicamente no hace honor a su nombre, enviando a otro a por su amada. Simon emprende la aventura también para reafirmar de alguna manera su propia identidad, reprimida en su infancia, igual que reprimida es la identidad de Ibrahim, joven afgano que se siente atraído, aunque lo oculta, por su primo Mahmud que será el guía nativo de Simon en esta aventura, donde también conoceremos a Mister Marta, una doctora que adopta un nombre ambiguo para ser reconocida y aceptada en un nuevo juego de identidad.
“Fantasmas azules” es pues una historia sobre identidades, donde tanto cuenta la palabra como el silencio, donde la mirada de la autora busca siempre la luz, la calma, el equilibrio en cualquier situación por muy dura que sea. Una novela corta que puede leerse casi de una sentada pero que yo os recomiendo que paladeéis sin prisas y lápiz bien afilado en mano, porque la prosa exquisita de Paula Farias lo merece.
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