Desde los curiosos ojos de Hipatia les acercamos la figura siempre controvertida de la directora de cine y fotógrafa Leni Riefenstahl. Nadie discute ya las aportaciones innovadoras que aportó al cine, pero, en ella el pero es muy grande por su vinculación a los dirigentes y creadores del nacionalsocialismo en la Alemania del Tercer Reich. Para muchos es considerada una extraordinaria documentalista, para otros es el mayor ejemplo del cine de propaganda. La genialidad de una gran directora puesta al servicio de lo peor que hemos visto.
Con Dostoievsky esta foto hubiera sido astronómica.
Comparto este texto de Natalia Ginzburg visto en https://calledelorco.com/.../gorki-chejov-tolstoi.../amp/
En 1902, Tolstói pasó una temporada en Crimea, en Gaspra, a diez kilómetros de Yalta, en el castillo de unos amigos. Gorki se encontraba también por la zona, en Oleiz, con su mujer y sus hijos, en la casa que había alquilado. Gorki y Chéjov iban a menudo a Gaspra, a ver a Tolstói […].
En su libro de recuerdos, Gorki habla de esos encuentros en Gaspra.
“Un día Tolstói dijo: “Estoy viejo y tal vez ya no consigo entender la literatura de ahora. Pero no me parece que sea rusa. Ahora bien, usted –se dirigió a Chéjov-, usted es ruso. Sí, muy, muy ruso.” Con una sonrisa afable, posó las manos sobre los hombros de Antón Pávlovich, que se mostró confundido y, en voz baja, comenzó a decir algo sobre su casita y los tártaros.” Así lo cuenta Gorki. Y luego recuerda que en otra ocasión, cuando estaban en el almendral, Tolstói le preguntó a Chéjov si en su juventud había llevado una vida disoluta. Chéjov sonrió y “mesándose la barba rala” murmuró palabras ininteligibles. “Sin apartar la vista del mar –le dijo Tolstói-, yo era insaciable.”
En otra ocasión, mientras Tolstói y Gorki estaban sentados en la terraza y Chéjov paseaba por el parque con la más pequeña de las hijas de Tolstói, éste señaló a Chéjov y le comentó a Gorki: “¡Ah, qué hombre entrañable, qué excelente! ¡Modesto y tranquilo como una jovencita! Y camina como una jovencita. Es prodigioso.”
En esa época, Tolstói anotaba en su diario: “Me siento feliz de amar a Gorki y a Chéjov.”
209209
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