“El bien y el mal, según sabemos, en este mundo crecen juntos, casi inseparablemente y el conocimiento del bien está ()involucrado y entretejido con el del mal, y poseen éstos () maliciosas semejanzas apenas discernibles... Dado que el conocimiento y el examen del vicio...(sigue)
son en este mundo tan necesarios para la constitución de la virtud humana y la inspección del error para la confirmación de la verdad, ¿cómo podremos, con mayor seguridad y menor peligro, sondar los terrenos del pecado y la falsedad...(sigue)
“El bien y el mal, según sabemos, en este mundo crecen juntos, casi inseparablemente y el conocimiento del bien está ()involucrado y entretejido con el del mal, y poseen éstos () maliciosas semejanzas apenas discernibles... Dado que el conocimiento y el examen del vicio...(sigue)
son en este mundo tan necesarios para la constitución de la virtud humana y la inspección del error para la confirmación de la verdad, ¿cómo podremos, con mayor seguridad y menor peligro, sondar los terrenos del pecado y la falsedad...(sigue)
sino leyendo toda clase de tratados y atendiendo toda suerte de razón?” Milton, John (1644), Areopagítica - Londres.
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