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Thursday, April 25, 2024

había un solo hombre por cada 17 mujeres participando en la reproducción en Europa”, continúa esta investigadora del CNRS.

  todo indica que había un solo hombre por cada 17 mujeres participando en la reproducción en Europa”, continúa esta investigadora del CNRS.

El colapso, particularmente severo en Europa, afectó a otras regiones, como el Cercano Oriente, Siberia o África, en una escala de tiempo más amplia.

Un cambio "no necesariamente violento"

El estudio confirmado por Léa Guyon, doctoranda en antropología genética bajo la supervisión de Raphaëlle Chaix y Evelyne Heyer, explica este evento como un “cambio en la organización social, no necesariamente violento”.

Esta hipótesis contradice un estudio de 2018 según el cual “los clanes se matan entre sí, haciendo desaparecer ciertas líneas asociadas a cierto cromosoma Y”, lo que resulta en una pérdida de diversidad en este cromosoma.

Ese estudio contabilizó una pérdida del 15% de hombres por generación.

El problema es que hasta la fecha el registro arqueológico es demasiado escaso e incierto para establecer que el mundo neolítico experimentó un episodio de violencia universal y duradero, recuerda el estudio.

El modelo diseñado por Léa Guyon se basa en un sistema patrilineal segmentario.

Los clanes se dividen cuando se vuelven demasiado grandes, formando subclanes donde “los hombres más relacionados se agrupan, contribuyendo así a seleccionar los cromosomas Y de los clanes”.

Luego algunos clanes desaparecerán frente a otros clanes que tendrán más éxito en reproducirse, “porque tienen una posición social más elevada, más poder o recursos”, añade esta experta.

Este modelo explica la fuerte disminución de la diversidad genética al cabo de 2.000 a 3.000 años.

Respecto a las causas de esa transición social, los autores señalan el surgimiento del agro-pastoralismo, cuando las poblaciones cazadoras-recolectoras fueron reemplazadas por agricultores y criadores de ganado.

“Cuando comparamos las poblaciones cazadoras-recolectoras actuales y las poblaciones agro-pastoriles, las primeras son mucho menos patrilocales y patrilineales que las segundas”, observa Raphaëlle Chaix.

Este estudio permitió recopilar más de mil genomas en poblaciones patrilineales, que según los autores demuestran que los sistemas patrilineales segmentarios experimentan una importante pérdida de diversidad genética del cromosoma Y.

El surgimiento de una economía agro-pastoral, que permite la acumulación de recursos como el ganado, habría favorecido la patrilocalidad -donde la pareja casada se instala en la comunidad del marido- y la patrilinealidad, recuerda el estudio.

MSN

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