El hijo de la
Dra. Hilda Molina, asilado en Argentina, con su esposa de la misma
nacionalidad dio una entrevista en el programa de la Diva Susana
Giménez. Tenía un tic nervioso en los parpados, hablar tembloroso y
titubeaba a cada rato. Eso por temer a la KGB cubana y al trauma del
exiliado cubano que tiene a su propia madre recluida en casa en la
Habana, solo en compañía de la Iglesia y la virgen de la Caridad del
Cobre.
La misma Hilda Molina el domingo pasado dio una entrevista a la CNN al
conductor Longobardi. Se apreciaba una anciana arrugada pero con
argumentos sólidos e inteligentes, pero con voz cascada y temblorosa.
Dijo que había hecho el perfil de Fidel Castro estando en Cuba y que
había podido sacar los cuadernos del país cuando por fin en la era
Rauliana la liberaron a reunirse con su hijo y nieto.
Dijo que Fidel era un psicótica-sociópata, inteligente y desalmado y
manipulador. Si con esa inteligencia hubiera hecho el bien Cuba sería
un país de los más importantes del mundo. Y que la utilizo durante toda
su vida como si ella fuera una esclava.
El caso de Ochoa y sus tres compañeros fue ejemplo de cómo limpiaba su cara para presentarse al mundo como que no los hermanos Castro no tenían nada que ver con el narcotráfico. Para la acusación utilizo al consejo de estado pleno, que llenos de miedo, condenaron a muerte a los acusados. Después premio al fiscal acusadora, ave rapaz devoradora, con un cargo en el congreso, hasta que años después termino excusándose de la vida pública, al parecer arrepentido de como lo habían usado.
El caso de Ochoa y sus tres compañeros fue ejemplo de cómo limpiaba su cara para presentarse al mundo como que no los hermanos Castro no tenían nada que ver con el narcotráfico. Para la acusación utilizo al consejo de estado pleno, que llenos de miedo, condenaron a muerte a los acusados. Después premio al fiscal acusadora, ave rapaz devoradora, con un cargo en el congreso, hasta que años después termino excusándose de la vida pública, al parecer arrepentido de como lo habían usado.
Castro absorbía la energía vital de sus subalternos como un vampiro
legendario que toma la sangre de sus víctimas y después, cuando le
habían servido fielmente por un tiempo, los decapitaba y los enviaba a
un lugar lejano de la isla, ya sin paz ni orgullo de hombre, cabeza
gacha y silenciados para siempre.
Esta tarde iba hacia el laboratorio del Hospital a buscar un análisis
de Glicemia-Hemoglobina por mi diabetes insulina dependiente y de
repente vi a un anciano con las facciones de Fidel, la barba canosa, el
perfil gallego y de contra, una gorra verde olivo. Pensé que alucinaba
en una demencia senil precoz o que era el fantasma de Fidel que me
perseguía. Reaccioné y le grité para que todo el mundo lo oyera:
- ¿FIDEL CASTRO? ¡SOLAVAYA!
- No hay problema- contestó el anciano.
El anciano desapareció hacia una de las salas de internamiento.
ORLANDO VICENTE ALVAREZ
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