Christian Art Marcos 15:33-39,16:1-6 Todas las Almas Vanitas Still Life, Pintado por Herman Henstenburgh (1667-1726), Circa 1700, Acuarela, gouache y goma arábiga sobre pergamino © Metropolitan Museum, Nueva York Cuando llegó la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a la hora novena, Jesús gritó en voz alta: "Eloi, Eloi, lama sabachthani?", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Al oírlo, algunos de los que estaban allí dijeron: "Escucha, está llamando a Elías". Alguien corrió y empapó una esponja en vinagre y, poniéndola en una caña, le dio de beber diciendo: 'Esperad a ver si viene Elías a bajarlo'. Pero Jesús dio un fuerte grito y expiró. Y el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo. El centurión, que estaba frente a él, vio cómo había muerto, y dijo: 'En verdad este hombre era hijo de Dios'. Pasado el sábado, María de Magdala, María la madre de Santiago y Salomé, compraron especias con las que ir a ungirlo. Y muy de mañana, el primer día de la semana, fueron al sepulcro, justo cuando salía el sol. Se decían unos a otros: "¿Quién nos va a quitar la piedra de la entrada del sepulcro?" Pero cuando miraron pudieron ver que la piedra -que era muy grande- ya había sido removida. Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven con una túnica blanca sentado a la derecha, y se quedaron asombrados. Pero él les dijo: "No hay que alarmarse. Buscáis a Jesús de Nazaret, que fue crucificado: ha resucitado, no está aquí. Mirad, aquí está el lugar donde lo han puesto".

 Christian Art Marcos 15:33-39,16:1-6 Todas las Almas Vanitas Still Life, Pintado por Herman Henstenburgh (, Circa 1700, Acuarela, gouache y goma arábiga sobre pergamino © Metropolitan Museum, Nueva York

 

 

 Cuando llegó la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a la hora novena, Jesús gritó en voz alta: "Eloi, Eloi, lama sabachthani?", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Al oírlo, algunos de los que estaban allí dijeron: "Escucha, está llamando a Elías". Alguien corrió y empapó una esponja en vinagre y, poniéndola en una caña, le dio de beber diciendo: 'Esperad a ver si viene Elías a bajarlo'. Pero Jesús dio un fuerte grito y expiró. Y el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo. El centurión, que estaba frente a él, vio cómo había muerto, y dijo: 'En verdad este hombre era hijo de Dios'.  Pasado el sábado, María de Magdala, María la madre de Santiago y Salomé, compraron especias con las que ir a ungirlo. Y muy de mañana, el primer día de la semana, fueron al sepulcro, justo cuando salía el sol.  Se decían unos a otros: "¿Quién nos va a quitar la piedra de la entrada del sepulcro?" Pero cuando miraron pudieron ver que la piedra -que era muy grande- ya había sido removida. Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven con una túnica blanca sentado a la derecha, y se quedaron asombrados. Pero él les dijo: "No hay que alarmarse. Buscáis a Jesús de Nazaret, que fue crucificado: ha resucitado, no está aquí. Mirad, aquí está el lugar donde lo han puesto".