comportamiento de hombres y mujeres.
“No hay ‘robamaridos’. Los maridos tienen capacidad para aceptar o rechazar una propuesta sexual y/o amorosa. La culpa no es de ellas. ¿O es que si la rechazan ellos se sienten menos machos o creen que sus pares los van a ver así?”, denuncia la periodista Mariana Carbajal, una de las fundadoras del colectivo contra la violencia machista Ni Una Menos. “Hay mujeres para las cuales que un hombre esté casado no implica un límite. ¿Son zorras? Son mujeres con los mismos códigos de hombres para los cuales que una mujer esté casada no implica un límite”, agrega.
“¿Se puede condenar a una mujer por lo que hace
un varón? No. Ser infiel o no serlo es una decisión de un hombre con la
esposa o novia (y no con la tercera en discordia) y un pacto —si existe—
que cumple el marido con su esposa, si es que el pacto es de fidelidad
mutua.”, escribe Luciana Peker, autora del libro Putita Golosa.
“Una mujer no roba a un marido, en principio, porque los hombres no son
una pertenencia. No solo por respeto a las mujeres, sino por respeto a
ellos, que no son objetos inanimados —como una caja fuerte— que se dejan
saquear sin que su deseo o decisión pulse enter o de la clave para abrir su cuerpo o su corazón”, continúa.EL PAIS
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