LITERATURA, GRAMÁTICA Y ORTOGRAFÍA
*No se quién lo escribió, pero me fascinó*
Cada minuto alguien deja este mundo atrás.
Todos estamos en “la fila” sin saberlo.
Nunca sabremos cuántas personas están delante de nosotros.
No podemos movernos al fondo de la fila.
No podemos salirnos de la fila.
No podemos evitar la fila.
Así que mientras esperamos en la fila…
¡Haz que los momentos cuenten!
Haz prioridades.
Haz el tiempo.
Da a conocer tus cualidades.
Haz que la gente se sienta importante.
Haz oír tu voz.
Haz cosas grandes de cosas pequeñas.
Haz sonreír a alguien.
Haz el cambio.
Haz el amor.
Haz La Paz.
Arréglate.
Asegúrate de decirle a tu gente que las amas.
Asegúrate de no tener arrepentimientos.
Asegúrate de estar listo.
Literatura y psicoanalisis ·
"Hay que negarle el discurso analítico a los canallas"
J.Lacan
Un canalla, es aquel que se convierte en el deseo del Otro. Es decir, se proclama como el defensor de las buenas causas.
Pero, a diferencia del "neurótico", éste no siente culpa. Es como el perverso, actúa sin importar el daño que ocasiona.
El canalla, busca el goce o mejor dicho, "el amo del goce". No hay una posición subjetiva que le permita la búsqueda de la verdad, la empatía y el amor al otro.
Por eso, un psicoanálisis no es para estas personas.
"Hay que negarle el discurso analítico a los canallas"
J.Lacan
Un canalla, es aquel que se convierte en el deseo del Otro. Es decir, se proclama como el defensor de las buenas causas.
Pero, a diferencia del "neurótico", éste no siente culpa. Es como el perverso, actúa sin importar el daño que ocasiona.
El canalla, busca el goce o mejor dicho, "el amo del goce". No hay una posición subjetiva que le permita la búsqueda de la verdad, la empatía y el amor al otro.
Por eso, un psicoanálisis no es para estas personas.
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La urna del presidente tenía las fajas rotas
"La vida no te quita cosas: te libera de cosas… te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.
No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
No hay muerte… hay mudanza.
Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel,
Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.
•Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas:
si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)… y si le ganas, serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la
vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.
•No estás deprimido, estás desocupado.
Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.
Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.
Da sin medida y te darán sin medida.
Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas.
•El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?.
“Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír”
Montevideo en todo su esplendor
14 comentarios
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“Yo quería que funcionara, y sé que tú también, a lo mejor pasa que nos enseñaron diferentes versiones del amor, que cada uno pensaba desde su orilla y quería al otro de la forma en que sabía, sin saber si era la correcta o la más torpe o la más terca. No sé, a lo mejor con tantito menos orgullo y más comunicación nos hubiéramos ahorrado la despedida, tal vez si hubiéramos prestado más atención a lo que lastimaba al otro no tendríamos que soltarnos, tal vez si nos hubiéramos querido con más putas neuronas que hormonas esto saldría adelante, porque sea como sea, perderte duele hasta los huesos. Supongo que teníamos que averiguarnos, quitarnos la duda, tomarnos mil cafés juntos y en el mil uno entender que ni con un millón de ellos funcionaríamos, porque de nada sirven las ganas si cometemos los mismos errores cada semana, de nada sirven las ganas si en los malos momentos cada quien lucha por ver quien gana. Yo quería que funcionáramos, te lo juro, y sé que tú también, porque soltarnos nunca entró en los planes, porque tu mano encajaba perfecta con la mía, porque pensé que sería yo el afortunado que siempre te vería cada mañana, pero así no, porque de nada sirve querernos hasta las jodidas estrellas si prometemos cambiar y seguimos en lo mismo, por eso, así ya no”.
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