Feliz Cumpleaños póstumo querido Maestro !!
A los 82 años y con un doloroso cáncer en la boca, Sigmund Freud hizo el último y más dramático viaje de su vida. Austria fue invadida por las tropas de Adolf Hitler, que tenía una opinión predecible sobre los estudios de Freud: ′′ Decadente ciencia de judíos ". Con su enorme colección de antigüedades y libros, acompañado de su esposa, hijos y algunos amigos, Freud optó por el Autoexilio y llegó a Londres en junio. Allí sería tratado con respeto y cariño y acomodado en una elegante casa en el barrio de Hampstead, más tarde transformada en visitadísimo museo.
Si no fuera por la presión de autoridades como la princesa francesa Marie Bonaparte, quien llegó a darle dinero para el viaje, y del presidente estadounidense Franklin Roosevelt, Freud probablemente habría tenido un fin menos digno en el campo de concentración de Theresienstadt. El asedio se cerraba cada vez más. Sus libros eran quemados en plaza pública, el psicoanálisis había sido abolido del Estado nazis y su casa, en Bergasse 19, en un barrio aristocrático de Viena, era invadido constantemente por los truculentos agentes alemanes, que robaban objetos y extorsionaban dinero. En una de estas visitas, la hija de Freud, Anna, fue llevada a interrogarse, solo regresando tarde de la noche.
Freud se sentía amargado desde antes de la subida de Hitler al poder, en 1933. ′′ Mi idioma es el alemán. Mi cultura y mis logros son alemanas. Intelectualmente, me consideré alemán hasta que me di cuenta de que los prejuicios antl-semitas iban aumentando en Alemania y Austria. A partir de ahí, dejé de considerarme alemán. Prefiero definirme como judío ", declaró en una entrevista de 1930. Cuando la persecución se agravó, después de la anexión de Austria por Alemania, Freud fue salvado por su prestigio. Tres de sus hermanas no tuvieron la misma suerte y murieron en Treblinka. Inglaterra, país que Freud dijo haber amado desde la primera visita, a los 18 años, se ha convertido en su patria adoptiva por poco más de un año. Murió el 23 de septiembre de 1939, cuando la locura nazi ya llevaba al mundo a la guerra.
Fuente: ′′ Padre del psicoanálisis huye de la locura ". El Globo, Río de Janeiro, n. 14, 2000, Globo 2000.
Foto: llegada a Londres, compañía de la princesa Marie Bonaparte. (Acervo: Biblioteca del Congreso, Washington D C.; USA)
...,,,
HOMENAJE A FREUD
#SIGMUNDFREUD 6 DE MAYO DE 2021. 165 AÑOS
Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en el Imperio Austríaco. Cuando tenía 3 años como consecuencia de una serie de infortunios económicos su familia se trasladó a Viena en busca de una mejora, ciudad en la que permaneció toda su vida hasta que en 1938 se vio obligado a exiliarse a Londres junto a los parientes que le quedaban, tras la cruenta persecución nazi de la que fueron víctimas.
Si bien en varias ocasiones se presentó como ateo, es más exacto decir que encontró un modo particular de afirmarse judío. Ávido lector y exquisito escritor, su estilo le valió el Premio Goethe en 1930. Estudió medicina, se especializó en neurología y realizó numerosas investigaciones de laboratorio, así como prácticas hospitalarias, hasta que llegó a dedicarse casi exclusivamente a la atención clínica de pacientes con el método de su invención: el psicoanálisis. Se desempeñó como catedrático de la Universidad de Viena. Creó y dirigió distintos grupos y sociedades de profesionales y aficionados en distintas ciudades que derivaron en la fundación de la International Psychoanalytical Association (IPA). Promovió la edición de revistas y diarios para la difusión del psicoanálisis y disciplinas afines.
Como él mismo afirmó, su vida sólo tiene interés en relación al psicoanálisis. Aunque algunos han insistido en buscarle una especie de determinación sobrenatural, lo cierto es que en sus aspectos cotidianos, Freud no fue muy diferente a la mayoría de sus contemporáneos. No es por tanto en su biografía donde encontraremos la raíz de la subversión que aportó su descubrimiento, sino en su obra – entendiendo como tal al conjunto de sus escritos teóricos, historiales clínicos y correspondencias -. Esta imposibilidad de separar al hombre y su obra es bien notoria en “La interpretación de los sueños”, “Psicopatología de la vida cotidiana” y “El chiste y su relación con lo inconsciente”, que en su conjunto constituyen una autobiografía mucho más exhaustiva que cualquier texto que porte ese título y se pretenda tal. Intentando rastrear en su obra la historia del psicoanálisis nos sorprendemos al descubrir que esos escritos son ellos mismos el acontecimiento. Se trata de una obra que guarda una relación muy particular a la verdad y al tiempo, y por eso al leerla establecemos con ella una situación similar a la que nos vincula con nuestro inconsciente. La revisión de los textos freudianos tiene la capacidad de modificar tanto al lector como al psicoanálisis mismo.
Llamado insistentemente “el padre” del psicoanálisis, se tiende a olvidar que como “hijo” fue más bien un huérfano, alguien que apoyándose en muchas referencias e influenciado por su época osó ir más allá, separándose de la neurología y de la psicología para fundar un campo de discursividad completamente novedoso que provocó una nueva y profunda herida en la Razón Occidental, a la que ya habían vapuleado aunque con menos eficacia, Copérnico y Darwin. Promotor de una ética que apunta a un más allá de la representación y a la responsabilidad del sujeto en relación a su deseo, crea un método que se orienta a que quien consulta pueda sentirse mejor.
Freud insistió en que no lo defiendan y que no se use el psicoanálisis para entablar polémicas. Temía más a sus amigos que a sus enemigos, puesto que estaba advertido de que es preferible ser atacado por los adversarios en el centro mismo de su originalidad, antes que defendido por adeptos que escamoten la potencia del acto o lo integren a otras prácticas para terminar diluyéndolo.
La vigencia del psicoanálisis radica en el hecho de que tuvo la potencia de crear una ética con la capacidad sino de modificar las condiciones materiales del lazo social en el que se presenta, al menos de interrogarlas profundamente. El deseo de Freud, que no es anónimo, permanece vivo e inanalizable, siempre viniendo del futuro, traccionando para que creemos las condiciones de posibilidad para garantizar la transmisión del psicoanálisis.
No comments:
Post a Comment