La metamorfosis (1915) // El proceso (1914)
Franz Kafka (1883-1924)Gregorio Samsa se ve de pronto convertido en un escarabajo y esto trastoca seriamente su vida y la que los rodean
La metamorfosis (1915). . A mi parecer es la novela más emblemática del autor checoslovaco, asimismo creo que la han leído decenas de millones de persona a través de los años desde su publicación y tal vez sea hasta un libro de texto durante la educación media. A través de mi vida ha sido una novela recurrente, he olvidado el número de veces que lo he leído y para mí es muy grato hallar cada vez que recorro sus páginas hallarme con una visión, con una nueva perspectiva, con cosas que no había notado, cuando era un joven adolescente y me halló, la perspectiva fue de sorpresa y de incredulidad; de joven adulto y la penosa partida de mi madre me opuso a la muerte por una enfermedad terminal y a la etapa de duelo; ahora, en mi madurez me hallo con la sorpresa de las hoguera de las vanidades, con la discriminación, con la no aceptación, con la vergüenza y con la intolerancia acompañada de la ignorancia. No cabe duda que el maestro Kafka tenía razón cuando nos hereda su aforismo más recurrente <<Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo ¿para qué leerlo?... Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nosotros. >>
El Proceso (1914). Novela publicada póstumamente en 1925. El apoderado bancario Joseph K. es despertado una mañana en el cuarto de la posada en que vive por un oficial. Alarmado primero y después indignado se da cuenta que su privacidad ha sido menoscabada. Junto a su cama se encuentra erguido el oficial que le indica que ha sido acusado, por lo que está siendo procesado. ¿De qué? Pregunta que no le es respondida, duda que no le es aclarada. A partir de ese momento comienza una enorme epopeya por seguir “el proceso”. Buscando respuestas va a parar a los “tribunales” que más pareciera fuera un multifamiliar que en donde se hacen las audiencias. Por suerte entra en aquella donde se sigue su “proceso”, pero a pesar de una eximia perorata no logra darse cuenta de qué se le acusa, quién le acusa o qué evolución lleva su proceso. Su tío y tutor lo lleva con un viejo abogado que fue su condiscípulo y conoce al señor Huld. Abogado con muchos años de experiencia y gran conocedor de la ley acepta llevar su “proceso”. Antes de este acto K. no le da mucha importancia a ello, de hecho, lo desestima, pero es a partir de que se entrevista con el señor Huld que comienza no a interesarse por ello, sino a sufrirlo, se vuelve paranoico, se deprime, se agota y pierde deseos de seguir su trabajo como apoderado de un banco.
Un cliente del banco le dice que sabe de su “proceso” y que desea ayudarlo. Lo manda con una carta a entrevistarse con un pintor de caballete conocido como Titorelli, es el pintor oficial de la corte y conoce a muchos jueces y por el tiempo que lleva en los tribunales conoce como llevar un caso y el tipo de absoluciones que hay y son que tres: La primera. La Real, es imposible de conseguir, de hecho, Titorelli la maneja como una leyenda de la justicia de antaño; ya que pesar de los años de estar metido en los tribunales jamás se ha enterado o visto alguna de esta naturaleza. La segunda. La Aparente: en la cual, un testigo debe promover una atestación entre varios jueces que deberán signarla, dando así, su visto bueno y junto con el testigo quedar como garantía del inculpado. La verdad es que esta absolución solo sirve para dejar al inculpado en libertad, quedando su proceso abierto sin alcanzar jamás la absolución real como se mencionó anteriormente. Y la tercera. La de plazo ilimitado: se consigue a partir de no permitir que el proceso salga de la primera instancia, de meter recursos y cuidar minuciosamente la causa. Que el proceso entre en un círculo vicioso de audiencias, testimonios, interrogatorios, autos que se repiten una y otra vez.
Puedo decir que en verdad no entendí nada, me causó tal confusión que tuve que recurrir a otras publicaciones donde las personas buscaran explicar la trama y dieran sus conclusiones. Así fue que al llegar al Capítulo IX donde K. sostiene una plática con el abad sobre las escrituras y la ley, en una suerte de parábola, que intuyo, que el escritor debate en primera persona la culpa sobre “el pecado original”. No olvidemos que según la idea judeo-cristiana el hombre al nacer trae consigo “un pecado” el cual debe ser lavado y abolido, pero esto lleva un “proceso” que inicia con el bautismo, pero de ninguna manera ahí termina, esto pueda durar la vida completa y tal vez no alcance la misma para hacerlo
De inicio pareciera que la historia no tiene ni pies ni cabeza, de hecho, su trama es densa y confusa, desde un inicio el lector tiene muchísimas preguntas, dudas, lagunas, se continúa la lectura con la premisa de dar con las respuestas, pero no se consigue. Es el Capítulo IX el decisorio –al menos para mí–, aunque ese es mi punto de vista, les sugiero lo lean, es confuso, angustiante, dan ganas de lanzar el libro por los aires, pero tiene esa rara virtud de dejar a uno con la curiosidad de ¿qué pasará? Y como dice el mismo Kafka: <<…nos da un puñetazo en el cráneo…>>
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