GUANTANAMO MOM AMOUR
Como en la vieja pelicula de Alais Resnais ya no puedo decir Guantanamo mon amour y menos viviendo un romance bajo los escombros de una guerra. Si, parece una ciudad despues de un bombardeo, solo el centro del Parque Marti remosado como una imagen en tecnicolor para turistas que pasan de largo en sus micro refrigerados es grato a la vista. Por mi casa pasa un pregonero vendiendo helados en aquel terrible verano u ofreciendo mangos ya resecos fuera de la temporada.
Todo el mundo se busca la vida como puede. El salario no alcanza y hay que buscarse dinero extra para comprar alimento y ropa. No entiendo la obsecion del guantanamero _ o sera de todo el pueblo cubano_ por la coba. El estomago vacio no se ve pero un buen vaquero de marca se exhibe con ostentacion. Mente de subdesarrollo.
Veo la Concha del parque Marti tan pequeña a como la veia antes y la parroquia de Santa Catalina parece una simple ermita de un pueblo perdido en la lejania del campo. La fuente de la Avenida y Ahogados donde yo solia sentarme a tomar el fresco, luce un aparatoso monumento arquitectonico que la deforma toda. A quien se le ocurre semejante escultura en un lugar emblematico.
Al cine Huambo han tenido que ponerle una arcadas romanas para acoplarlo al entorno. Ocupa el espacio donde antes estaba el cine Luke, una heladeria y un espacio donde se hacian exposiciones de ganado ejemplar, En todo ese espacio hicieron un solo cine, pequeño, austero con el estilo de la construcion Giron o Breztniana que reinaba en aquellos tiempos.
Lo peor es tener una imagen del pasado sin ver que todo cambia pero cambia para peor. La ciudad se ha convertido en un amasijo de pequeñas casas de placa de dos pisos. Todo lo mismo. El paisaje no cambia a todo lo largo que da la vista.
No. No puedo decir "Hiroshima mom amour" aun no ha sido bombardeada pero la gente anda por las calles como si lo fuera.
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Publicadas por Vicenteorlando
Etiquetas: #arquitectura, #Guantanamo, #hiroshima mom amour, #viaje, #vicente alvarez................................ Este amanecer me despertó un sueño de un recuerdo de casi 40 años. Tenía los ojos llenos de lágrimas y una sensación de pérdida de tiempos ya idos, como escenas que se difuminan en una bruma densa y desaparecen. Eran compañeros del Preuniversitario.
Con sus uniformes de faldas azules y las cintas que le adherían según el año, desfilaban chicas y chicos tal como eran en su juventud.
Yo me encontraba en los escalones del Pre y veía como caminaban algunas de las amigas y amigos que caminaban hacia la bruma y se esfumaban.
Pude identificar a Arlen o Carlota mi bella amiga en cuyo balcón de su casa discutíamos sobre Freud y Heminguey, a la Cisneros con su eterna madre vigilante- alta con piernas adorables-a Margarita, a Izet, discreta e inteligente, a Laila la loca, a Nelly Fernandez Mafú con su rostro bello hieriático a quien yo amaba en silencio, a Mechi, a mi amigo Loforte, mi otro socio Philip, negro y alto, a los Pilotos varones y a otros más.
Después me puse a reflexionar sobre el sueño. Era la escena de nuestra juventud gloriosa ida para siempre. De nuestra mejor etapa de vida en que la existencia nos parecía un césped donde revolcándonos entre flores llenos de felicidad.
Ahora esos tiempos quedan en el recuerdo. Diseminados por el mundo mis compañeros sufren aun el desgarramiento del exilio aunque ya se hayan asentado con sus familias en nuevas tierras.
Por eso lloraba. Por los tiempos idos que me arrastraban a un pasado glorioso que el viento se llevó.
Eramos tan felices y no nos dabamos cuenta.
ORLAND VICENTE ÁLVAREZ
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