Todo homenaje es poco.
Es de bien agradecidos venerar la memoria de aquellas figuras que marcaron nuestras vidas.
La vida mía o la de cualquier leñarolense de esa época no hubiera sido igual si Fernando no hubiera venido al club.
Es hoy y en vida que vivimos rindiendole homenaje. Es una pena saber que el cruel destino le ha abofeteado su salud. Ojalá que la buena vibra colectiva de un pueblo carbonero le llegue al Nando y le garantice dignidad en el remate final de su último quintil de vida. Lo sigo disfrutando colgado al alambrado de la tribuna gritando un gol que nos deja disfonicos a todos y nos alegra 1 semana entera.
Grande el artista desconocido que pinto esta obra. Aplausos.
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