Eduardo Irigoyen García

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El Uruguay batllista de 1931

El David uruguayo que tenemos en la explanada de la Intendencia de Montevideo, fue una idea del entonces edil César Batlle pacheco, hijo de José Batlle y Ordoñez.

En 1929 el Concejo Departamental de Montevideo planteó la regularización del empalme de las calles que formaban la encrucijada de Arenal Grande, Guayabo, Rivera y Jackson, tras adquirir algunas propiedades para ser demolidas y generar un espacio de mayor amplitud.

A esto estuvo ligado, a continuación, un plan de embellecimiento urbano, resolviéndose ocultar las paredes de las casas que debían permanecer (fachadas que daban a Arenal Grande y Juan Jackson) con un revestimiento de piedras nacionales, encomendándose esta obra al Arq. José Mazzara que trazó una especie de hueco, apto para integrarle una obra de arte.

El concejal César Batlle Pacheco propuso, y así se resolvió en el Concejo, que allí se colocara una estatua, una réplica del David de Miguel Angel.

Éste fue el paso que dio origen al encargo de la copia del David existente en la Academia de Florencia, exacta en sus 5,20 mts. de altura, que fue gestionado desde aquella ciudad por el cónsul uruguayo en la misma, Gilberto Fraschetti Rui, y encargada a la empresa de fundición Ferdinando Marinelli, donde también se concretaría la fundición de La Carreta de José Belloni.

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