Había visto a Fidel Castro bendecir en el Aeropuerto de la Habana a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés cuando vio por la TV foránea movilizar multitudes en sus conciertos en Chile, Argentina Y Uruguay. El Jefe Máximo atisbó la importancia política de la nueva troba como arma de influencia en la región, no le bastaba las guerrillas e infiltrados, sino también la música militante. Y los bendijo a ambos, colocándole las manos en la cabeza. Silvio ya era casi calvo por lo que el bautismo de Castro le llegó más rápido al cerebro. Pablo Milanés tenía el pelo rizo en un spell drum tipo negro americano por lo que los rayos mágicos del comandante no le penetraron tan profundamente.
No comments:
Post a Comment