-Espere. Yo no creo conocerlo… y no me llamo Ernestico...
-¡Verdad! ¿Era Ernestilingo?
-Cierto. ¿Y vos de dónde sos?-hizo una pausa por unos instantes- Ahh, ya recuerdo. Vos sos el venezolano.
-Haga silencio que yo oculto religiosamente mi origen.
-¿Y se puede saber por qué de ese miedo?
-Yo no vivo en Venezuela sino en una isla más al norte…
Al anciano se le abrieron los ojos como dos lumbreras.
-Ahh. Sí. En la isla en que pasan hambre y todo eso…
-Hable en voz baja. Hay agentes e infiltrados por todas partes, aun aquí en el Hospital de Maldonado.
-¿Y por qué tanto miedo si está viviendo ahora en un país libre?NN
- Ay, Ernestico…
- ¡Ernestilingo! Y no se lo repito más.
- Pero no se ofenda, por favor, que llamamos con nuestras voces a los gendarmes de Seguridad del Estado de mi isla.
-Bueno. Bajito, bajito, hablemos-lo dijo casi en un susurro y continuó-¿Y se puede saber por qué huyó de su isla?
-Por denunciar irrespeto a los derechos humanos.
-¿Y qué cosa es esa? Yo ya ando medio torcido y hay personas que se tocan el pecho con la cintura y por eso no las persiguen.
-Yo no entiendo mucho del asunto- le contesté yo muy en voz baja-Según los expertos de las Unidas Naciones todo hombre nace “con derechos inalienables” y el estado tiene que respetárselos y promoverlos.
-Pues yo nací muy bien sin conocer que tenía esos derechos, pero, ¿En qué consisten?
-Parece que todos los hombres de mi isla deben andar derechitos, derechitos, como estacas, tan siquiera no deben hablar con el vecino sino se le torcería el cuello… o mejor dicho… se lo lleva la policía y le retuerce el pescuezo como a un pollo.
-Menos mal que en mi país no existe eso. Tuvimos de verdad una dictadura pero eso de andar derechitos… No llegaban a ese extremo. Pero luchamos y luchamos y la dictadura se fue y fuimos libres nuevamente. Y ustedes ¿Por qué no luchan contra los que quieren verlos derechitos, derechitos,
-Aquí entre nosotros, tenemos 60 años de esa maquinaria infernal. Estamos acostumbrados a caminar derechos. Y además, somos unos cobardes…
-Pobre isla. Pobres isleños. Ya algún día se terminará y serán libres.
-Pero Ernestico, digo, Ernestilingo, no vamos a vivir tanto para ver la luz. Eso será para nuestros nietos o bisnietos.-hice una transición-
DR ORLANDO VICENTE ALVAREZ
CUBANO URUGUAYO
GENIO
No comments:
Post a Comment