Quiero remontarme en esta jornada en particular, 2 de febrero, al año 1926, cuando nacía en Las Piedras, Canelones, Uruguay, Julio Sosa, al que con el correr del tiempo se conocería también como “El varón del tango”. Fue esencialmente cantor, pero también despuntó el berretín de poeta escribiendo el libro Dos horas antes del alba y de plasmar la letra del tango Seis años, que lleva música de Edelmiro D´Amario. De una infancia dura según nos cuenta el “gomía” Roberto Selles, al que solía visitar en su casa de Villa Ballester, No obstante, el auxilio inestimable que resulta nutrirme de tan calificado periodista e historiador hay aspectos de la vida de Sosa que puedo narrar por las mías. Como su gestualidad al interpretar los tangos, su atracción en la juventud de los 60´, entre los que me incluyo, a quienes no le llegaban ofertas musicales afines al tango, pero sin embargó él sostenía, casi en soledad su vigencia. Su singular voz grave, distinta a la de los orígenes, cuando resentidas sus cuerdas vocales requiere los servicios del Dr. Elkin. Tras la tarea que realiza esté interviniéndolo se produce tal resultado Imposible olvidar su figura varonil y gallarda y su inesperado y trágico deceso que consternó a multitudes que se movilizaron para despedirlo. Sí en cambio, tengo que auxiliarme de su trabajo de investigación para referirme a los comienzos en su pueblo natal junto a Carlos Gilardoni para pasar después por las filas de Hugo Di Carlo, Epifanio Chaín, Edelmiro D´Amario y Luis Caruso. Con este último accede por primera vez al disco en el Sello Sondor de la vecina orilla. Ya cruzado “el charco” canta en bares y cafés hasta que es convocado por la formación Francini-Pontier donde forma dupla cantable con Alberto Podestá. Con ellos accede nuevamente a la placa sonora hecho que se repetiría luego con Francisco Rotundo, Armando Pontier, Leopoldo Federico y Héctor Arbelo. Los Sellos que recogieron esos testimonios fueron RCA Víctor, Pampa y Columbia. Participó del film Buenas noches Buenos Aires y también condujo su propio ciclo televisivo Copetín de tango en Canal 13. La interpretación que hace de Porque cantó así de Celedonio Esteban Flores sobre la música de La cumparsita resultó una verdadera e inolvidable creación. Su pasión por “los fierros” y la velocidad produjeron ese trágico final la madrugada del 25 de noviembre de 1964 cuando embiste a un muro de hormigón que protegía a una señal de tránsito en Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla, de la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los esfuerzos por salvarle la vida de los médicos del Hospital Fernández primero y el Sanatorio Anchorena después fueron infructuosos y perece en la mañana del día 26. De ese modo se apagaba la vida de este cantor que quizá estaba atravesando la más extraordinaria etapa de su carrera profesional.
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