Gala .la musa de los surrealistas en los años 20 y el pintor Max Ernst

 

Carlos Gómez

ARTE, HISTORIA, FILOSOFÍA, CINE, LITERATURA Y OTROS MENESTERES

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Gala fue la musa de los surrealistas en los años 20 y el pintor Max Ernst la retrató a la perfección mostrando solamente sus ojos.

Elena Ivanovna Diakonova, la adolescente rusa apodada “Galia” en Moscú, llegó a la ciudad suiza de Davos para tratarse de tuberculosis donde conoció a un francés de 17 años que escribía versos, el futuro Paul Éluard que estaba en el sanatorio para tratarse de la misma afección. Terminó casada con el poeta surrealista con el cual tuvo una hija, y junto a Ernst crearon un extraño triángulo de amor, viviendo los tres durante un par de años en un ménage a trois formado por la musa, el poeta y el pintor.

En 1932, Gala conocería al que sería su siguiente marido, Salvador Dalí, y ahí trascendió la categoría de musa para pasar a ser algo casi divino. Dalí aún era virgen, y tenía una compleja y traumática sexualidad con gran aversión a la relación física. “Nunca hago el amor con nadie que no sea yo mismo. Evito siempre los contactos. Un poco de voyeurismo, acompañado de masturbación, me es suficiente. Con eso ya disfruto y de sobras”. Por lo cual casi no había contacto físico sino místico, el pintor tenía permitido observar las relaciones de su mujer con autorizados amantes y autocomplacerse.

Fue una notable relación que duraría hasta que la muerte los separase, donde Gala era modelo, amiga, madre, administradora, marchante y fetiche de un artista cuya complejidad y heterodoxia no admite análisis usando parámetros comunes.

A Dalí le encantó Gala desde la primera vez que la vio, con su aire andrógino, sus ojos oscuros y la nariz aguileña. Él tenía 25 años y ella 10 más; la describió como un “efebo en femenino” con el que podía hablar sobre "traumas infantiles, surrealismo y coprofilia"

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