Si la gente recordase...
que puede lavarse los dientes con aceite de coco, y humectarse el cutis tan sólo con banana o con miel e hidratarlo con unas gotitas de aceite de oliva.
Que no hay shampú como el bicarbonato de sodio, ni desenredante mejor que el vinagre, ni mejor desinfectante que el jabón casero.
Que el agua de hiedra deja el pelo suave y brillante, el agua de decocción de ortiga quita la caspa y problemas de cuero cabelludo y el agua de romero fortalece el cabello y evita su caída, y no hay baño de crema como la yema de huevo.
Que se puede aclarar el cabello con té de manzanilla, oscurecerlo con cáscaras de nuez, cubrir las canas con agua de cáscara de patata, aclarar unos tonos de castaño con una mascarilla de canela, limón y miel.
Que se pueden lavar los platos, los suelos y los cristales con agua de cáscara de cítricos.
Que es muy fácil no consumir basura plástica.
Que siempre hay dónde enterrar la orgánica.
Que una mezcla de alcohol, agua oxigenada y vinagre es un potente antimicótico, al igual que el aceite de orégano, el bicarbonato, el ajo o el aceite de coco.
Que con ajo, vinagre y miel se puede preparar un antibiótico...
¡Que para vivir bien en realidad se necesita muy poco!
Que salir del sistema no es luchar contra nadie, sino recordar quien somos y de dónde venimos.
Se puede hacer un mundo con poco... con tan sólo darnos cuenta que NOSOTROS elegimos el cómo.
Recordar nuestras raíces, recuperar nuestra memoria.
No comments:
Post a Comment