« Había observado que en un alojamiento estrecho hasta las ideas se constriñen. Y a mí, cuando medito una futura novela, siempre me ha gustado ir y venir por la habitación. Por cierto: siempre me resultaba más agradable meditar mis obras y fantasear acerca de cómo me iban a salir que el hecho de escribirlas, y, la verdad, eso no se debía a la pereza. ¿A qué entonces? »
No comments:
Post a Comment