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Wednesday, December 16, 2020

S. P. Sánchez La naturaleza del mal, parte 1: El origen; George R. R. Martin, J. R. R. Tolkien & Stephen King

 

S. P. Sánchez
La naturaleza del mal, parte 1: El origen; George R. R. Martin, J. R. R. Tolkien & Stephen King
En el 2016 George Martin y Stephen King se reúnen en Alburqueque, Nuevo México, para intercambiar unas cuantas palabras pensamientos respecto a su vida y obra.
Hacia el final de la sesión, Martin toca el tema del concepto del mal (más que en la literatura, en la vida misma) y toma por referente la afamada saga del Señor de los anillos, publicada por Tolkien en los años 50.
Parafraseando a George Martin, encontramos un concepto del mal exteriorizado en los libros de Tolkien. El bien y el mal están claramente separados, y este segundo cuenta con un heraldo bien definido (primero Morgoth y luego Sauron). El enemigo es uno y este tiene a su disposición un ejército de criaturas irredimibles que son los orcos. Es trabajo de los buenos, también fácilmente identificables, unir fuerzas y luchar contra la oscuridad. El conflicto no va más allá de esto, no al menos, si hablamos de Tolkien.
Martin dirige la atención del público hacía su propio trabajo Una canción de fuego y hielo, también conocido como la saga de Juego de Tronos. Definir el mal en esta historia se vuelve un poco más complicado porque para George R. R. Martín no hay división clara entre el bien y el mal.
(Podemos hacer algo bueno el miercoles, y entonces hacer algo malo, algo egoísta el jueves)
Hacer el uno o el otro son decisiones cotidianas, generalmente guiadas por nuestros intereses, y si ustedes han tenido la oportunidad de leer alguno de estos libros, entenderá que el meollo del asunto se resume a una lucha de intereses de diferentes familias. En este punto nos quedamos con un concepto confuso, una línea indeleble entre dos entes que pensábamos, eran heterogéneos.
George apunta ahora a King, menciona obras como La niebla, Carrie, El domo, Mr. Mercedes y Misery. Pone en consideración otra idea, señala que el mal puede tener más de una personificación.
(Están los monstruos lovecraftianos, pero es la loca mujer religiosa la que hace las cosas mil veces peor)
Entonces King toma la palabra y cierra este apartado sobre el mal dándonos una última opción.
(El mal externo es un concepto reconfortante, la idea de “el diablo me hizo hacerlo” es una forma bloquear la responsabilidad y decir que no estoy ahí).
La literatura como herramienta de catarsis nos quita de encima muchos pesos. Si leemos por ejemplo IT, obra insignia de King, no podríamos apuntar con el dedo al payaso asesino y llamarlo enemigo si pasamos por alto a la gente del pueblo que promueve el genocidio, el racismo y la homofobia, tanto Pennywise como la gente del común representan peligros mortales para el club de los perdedores. Podríamos argumentar que siguiendo la lógica del mismo libro, es la influencia oscura de Pennywise la que corrompe el corazón y la mente de los habitantes de Derry, pero qué pasaría entonces en la vida real, dónde tenemos odio asesino, dónde hay racismo, homofobia, misoginia, dónde se le rinde culto a la muerte, pero dónde no tenemos a un Pennywise. Yo les pregunto entonces ¿De quién es la culpa?

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