LAS CARTAS EN CADENAS. ANTECEDENTES. AHORA POR WhatsApp.
LAS CARTAS EN CADENAS. ANTECEDENTES. AHORA POR WhatsApp.
Recuerdo que cuando era un niño de aproximadamente
de 10 años recibíamos por debajo de la
puerta una carta sin remitente que decía que reenviara 10 copias a las vecinas más
cercanas. Yo tenía que hacer los pliegos pues tenía mejor letra y tiempo para
realizarlas.
Allí pronosticaban que si no realizaba la
misión vendrían nos caerían miles de
desgracias a toda la familia y que si la distribuimos vendría gloria y alabanzas
al SEÑOR.
Después venía la etapa de distribución que yo
tenía que hacer. En cada puerta semi abierta o por debajo de las mismas, hacía
la entrega, también anónimas.
Pero un día una amiga muy cercana a mi madre
le dijo que si volvía a recibir una carta cadena la tirara al rio y remedio
santo. Así se esfumaban las malas predicciones que nos amenazaban.
La próxima carta en cadena llego a las pocas
semanas. Ya harta de aquello fuimos a casa de abuela Luisa que vivía a la
orilla del río Guaso y teníamos que atravesar el puente metálico muy viejo, con
arcos y barandas, y Mamá sacó la carta de su cartera y la arrojo al río.
Pero he aquí que la carta descendió hasta uno de los pilares grandes
del Guaso y Mamá se lamentó. Se persignó pues era una buena católica y
esperó el futuro que vendría.
La desgracia vino pronto. Fidel Castro
intervino todos los negocios privados y
entre ellos la pasteurizadora que poseía que poseía mi padre. La carta tenía razón. Desgracias y
desgracias por todas partes por no cumplir el cometido.
Actualmente a mis amigos uruguayos o de
Miami me envían por WhatsApp alguna carta pero esta vez para distribuirlas a
todos mis contactos. “Recé como 10 Padres Nuestros” y así como las antiguas. Vendría
salud y mucho dinero.
Yo sospechando de que hay alguna trampa tras
el Attachment no lo kliqueo. Pero más de
las desgracias que padezco: diabetes tipo 1, cardiopatía isquémica I y
obstrucción de las arterias femoral y poplítea derechas, no me queda más
remedio que encomendarme al Altísimo y esperar, esperar, por un sencillo final.
Cuando digo mis oraciones por la mañana, si
tengo un día feliz agradezco a Dios pero si es nefasto le doy un escándalo. Y
vosotros conócen lo sensible y cariñoso que soy hacia otros.
DR ORLANDO VICENTE
ÁLVAREZ
CUBANO URUGUAYO
GENIO
CUBANO URUGUAYO
GENIO
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