CUANDO UN HOMBRE AMA VERDADERAMENTE A UNA MUJER NO HAY
OBSTÁCULO IMPOSIBLE PARA ALCANZARLA.
Estaban cursando la Universidad en la misma aula de estudio. Él era un joven delgado que se
avergonzaba de su aspecto ante sus compañeros por la flacura y altura que
poseía.
Pero le picó ese bicho del amor. El amor
intenso que hace suspirar, soñar con la amada y escribirle poemas que él solo
leía.
Ella era la más inteligente de la clase pero
orgullosa, callada y no hacía caso de las miradas del joven que no se perdía
ninguno de sus movimientos. Su belleza gitana le quitaba el aliento, su copiosa
cabellera negra larga se escurría por su espalda como una cascada alimentada
por un torrente sin fin.
Un día entró en el almacén que tenía el
padre de la muchacha cerca del centro de estudio. Le confesó su amor por la
hija, no podía más, tenía que decirle al
padre de sus sentimientos.
-Bueno- dijo el gallego pues así era su
origen- toma estas finas tablas para el cielo raso del almacén y lábralas como
si fueras un orfebre experimentado. Yo hablaré con mi hija y haré que te quiera
como nadie en el mundo.
En la Universidad cierta vez se le escapó
ante sus compañeros su amor por la muchacha y sus amigas le dijeron:
-Pues, apártate de ella pues ya ama a otro y
piensa casarse con él. Lo mejor es que la olvide-y rieron con sorna.
Él se acordaba de aquella canción de Diana
Ross y las Supremas:
“AIN’T NO MOUNTAIN HAIGHT ENOUFH”
“Ain’t no mountain higher enough”
“Nothing can`t
keep me away from you”
Y la
tara rareaba una y otra vez hasta el cansancio en sus horas de soledad.
Vio a la muchacha con el novio en una fiesta. Él
llevaba una botella de ron en el bolsillo trasero de su pantalón y de vez en
cuando la extraía y tomaba un trago.
El joven recordó la promesa que le había
hecho al padre. Fue, tomó los tablones y se los llevó a su casa. Alijó, serruchó
y con fino cincel grabó los más finos arabescos de amor que le salieron del
alma. Todo sin saber cómo aquel fino arte surgía de sus manos. Le llevó al
padre de la chica las tablas y este quedó maravillado por el trabajo.
-No has sido tú. No. Alguien
debió haberte ayudado.
El joven guardó silencio. Solo el amor lo había
inspirado.
Luego se enteró que la chica tenía una Neumonía
que no respondía a medicamento alguno. Por último los médicos la entregaron a
sus padres en coma para que muriera
cuando Dios la llamara al descanso final. El novio la dejó fácilmente por
otras, no quería cuidar a enfermos, no era tanto su amor.
Nuestro joven pidió permiso a los padres y cada
tarde se sentaba junto al lecho de la enferma a leerle sus poemas de amor que
con tanto afán había escrito a lo largo de los meses, aunque la chica no los
escuchara en su estado comatoso.
A los tres meses del coma la muchacha abrió
los ojos, miró al joven, lo reconoció y le dijo que en sueños recordaba cada
uno de sus poemas de amor. Era lo único que la conectaba con el mundo consiente.
El joven se alegró mucho y se sintió dichoso, dio gracias a Dios.
Cuando entraron sus padres, grande fue la
felicidad al verla volver en sí, entre lágrimas y sollozos.
La chica miró al joven a su lado y dijo:
-Ahora sé lo que es el verdadero amor que no
tiene fronteras ni montañas altas para escalarlas para reunirse con el ser
amado.
Y así,
fue el gran amor que se profesaron uno al otro. Se casaron, tuvieron hijos y estuvieron
juntos hasta el final. Uno no sobrevivió al otro, tanto amor se tenían que no
se imaginaban vivir como unos ancianos viudos en la soledad de sus recuerdos.
““Baby if you
need me call me no matter where you are,
No matter how far;
Just call my name; I'll be there in a hurry;
You don't have to worry,
'Cause baby there ain't no mountain high enough,
Ain't no valley low enough,
Ain't no river wide enough
To keep me from getting to you babe. I'll be there
when you want me,
Some way, some how.
'Cause baby there ain't no mountain high enough,
Ain't no valley low enough,
Ain't no river wide enough
To keep me from getting to you babe.
My love is alive
Way down in my heart
Although we are miles apart”
"Cariño, si me necesitas, llámame sin importar dónde estés.
No importa lo lejos.
Solo di mi nombre.
Estaré allí a toda prisa.
No tienes que preocuparte Porque no hat una montaña lo suficientemente alta.
No hay valle lo suficientemente bajo.
No hay un río lo suficientemente ancho.
Para evitar que te toque, nena.
Estaré allí cuando me quieras.
De alguna manera, .Porque bebé no hay una montaña lo suficientemente alta.
No hay valle lo suficientemente bajo.
No hay un río lo suficientemente ancho Para evitar que te toque, nena.
Mi amor esta vivo.
Camino hacia abajo en mi corazon.
Aunque estamos a kilómetros de distancia "
Orlando Vicente Álvarez
QUE BUENA HISTORIA TAN BIEN CONTADA FELICITACIONES
ReplyDeleteGRACIAS, ES UNA FLOR PARA VOS¡
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