Una de las escenas de baile más icónicas del cine, toma lugar en lo alto de las colinas de Hollywood.
El coreógrafo hizo maravillas para la película, sumado que Damien Chazelle eligió grabar la escena durante lo que conoce como 'la hora mágica', que es una ventana de tiempo del atardecer (o amanecer), que hace que el cielo parezca tenue.
Este fenómeno se produce en un corto lapso de tiempo, lo que obligaba al equipo a rodar la escena en solo 30 minutos. Lo que dio como resultado final, dos días de grabación, con un total de 1 hora.
La imagen superior corresponde a Emma Stone y Ryan Gosling durante el ensayo, y la inferior a la escena final que aparece en La La Land.
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