¿A DÓNDE VAN LOS TIRANOS
CUANDO MUEREN?
El Papa Francisco dijo recientemente “La
condena eterna es elegir alejarse de Dios. Exhorta a no
dialogar con el diablo, seductor y embaucador”, indicó al diablo como alguien
que arruina las vidas y con él no hay que dialogar. Lo llamó el “dragón, la
serpiente antigua”. Y será juzgado en el juicio final – indicó – para que no
“seduzca más las naciones, porque él es el seductor”.
El diablo “es el padre de la mentira, él crea
mentiras, es un embaucador. Te hace creer que si comes de esta manzana serás
como Dios. Te la vende así y tú la compras y al final te engaña, te arruina la
vida”.
“Al infierno no te envían: vas tú, porque
eliges de estar allí. El Infierno es alejarse de Dios porque yo no quiero el
amor de Dios. Este es el infierno. El diablo está en el infierno porque él lo
ha querido: nunca tuvo una relación con Dios”.
El canto decimoctavo del Infierno de Dante
Alighieri se sitúa en el octavo círculo,
donde son castigados respectivamente los rufianes y seductores y los aduladores.
Con
este canto inicia la segunda mitad del canto infernal. Curiosamente el Infierno
está dividido en dos mitades de 17 años, en la que cada una aparecen 13
categorías de condenados: dos números particularmente siniestros y ligados a
supersticiones. En esta segunda parte son tratados los fraudulentos (que se
subdividen en engañadores y en traidores) es decir en aquellos que usaron la
inteligencia y la razón para fines malvados. Y ofrecen arengas al pueblo con su
fácil hablar, con promesas y esperanzas de un “futuro luminoso”
En un lago de sangre ardiente está en primer
lugar Fidel Castro, con la cabeza afuera pero aplastada por los centauros con
unos pinchos para volver a hundirla. Fidel está condenado a poner huevos
constantemente de avestruces por su trasero sangrante. Miles de jutias carnívoras
y hambrientas le devoran la lengua hipertrofiada, mientras cientos de cocodrilos
le cercenan las extremidades con mucho dolor que espontáneamente le vuelven a
crecer.
Fidel Castro tuvo en vida la premonición del
castigo eterno y por eso quiso que su mausoleo tuviera forma de un huevo
gigante de avestruz pensando que allí estaría descansando eternamente como el
Dios que se creía. Pero el diablo tenía otros planes para él por engañar a todo
el mundo con sus locuras disfrazadas de justicia.
El Papa Francisco nos aconseja a no
dejarnos seducir por los discursos, el debate donde solo se habla de una
realidad –la del régimen imperante-como si de una secta cerrada se tratara. Es el
mismo diablo frente a nosotros encarnado en un líder que arrastra a multitudes.
No nos dejemos engañar: el diablo existe.
Así le espera a su hermano Raúl Castro, el
lago de sangre hirviente, y a los otros dictadores como Maduro y Daniel Ortega
que se han alejado de Dios y les espera un infierno dantesco. Pero ellos se
creen eternos, como siempre les ha sucedido a los déspotas a través de la
historia.
El consejo de Estado de Cuba quiere hacer un contrato con el diablo-ya establecieron las respectivas embajadas-para importar los miles de huevos de avestruces que el fallecido comandante pone como una maquinaria eterna, y exportarlos a todo el mundo. Entrarán más divisas al país que la adquirida con la explotación de médicos internacionalistas, además, así podrán comprar el petroleo pues como parásito de Venezuela, este negocio está acabado. Las conversaciones están sobre la mesa y el diablo, contento, pues pronto añadirá otro ponedor de huevos: el hermano del tirano. Las conversaciones están muy avanzadas. Pero para el pueblo, nada, no se beneciará con el trato diabólico y continuará pasando hambre. Mientras tanto, los "revolucionarios" contentos con el nuevo trato, no importa que sea con Belsebú y todas sus huestes diabólicas.
Y también a los aduladores de estos
dictadores, sobre todo al personal que persigue a los que disidentes, pero como
el dictador traficante de drogas de Panamá Noriega que se ponía calzoncillos
rojos para espantar la mala suerte, hay otros, como en Cuba, que van al espiritista
todos los meses a darse “un despojo” por las torturas emocionales, físicas y
otras que le obliga el régimen a hacer cada día pero que a su vez sienten un
poco de culpa por sus pecados contra el prójimo y no saben claramente qué les
espera al final de sus días o después de la muerte.
No comments:
Post a Comment