MOISES, EL DECÁLOGO Y LOS BECERROS DE ORO.
A LOS JÓVENES QUE SE PESAN TODO EL DIA PEGADOS AL CELULAR Y A LOS VIDEOS JUEGOS.
Primero voy a hacerle una declaración: el Pentateuco me parece uno de
los pasajes del viejo testamento más bellos e instructivos sobre los primeros
pasos de formación de un pueblo santo. Después de tanta exégesis y
explicaciones expertas voy a escribirlo con humor rayando el absurdo. Así los
jóvenes actuales que no leen la biblia quizás les impulsen a leer la verdad
inspirada o escrita por el mismo Dios. El Señor es como un hambre con el cual
nacemos y no saciaremos hasta dar con el Dios único. A pesar de las 66 denominaciones
religiosas inspiradas en la misma biblia, quizás el Altísimo quiso que fuera así.
Exceptuando algunas pocas sectas cerradas que lo ven como un tratado de castigo
y un Dios de guerra y maldiciones con hecatombe final donde solo se salvarán
ellos, los elegidos.
Pues ahí les va Moisés, la primera
constitución de un pueblo rebelde y sin leyes que necesitaba mano dura para
caminar el duro camino del desierto hacia la tierra prometida-cualquier
semejanza con el pueblo cubano no es pura casualidad-que le había prometido
Dios a sus antepasados.
Tomado de mi novela”LOS DIOSES TAMBIÉN RIEN”
Y
Moisés fue al monte Sinaí a estar con Dios- nadie más podía ir, se lo tragaba
el fuego- y moró a lado de la nube por
cuarenta días y cuarenta noches, sin alimentarse ni beber agua.
Mientras tanto los hebreos se impacientaban-
no podían estar sin un guía espiritual por más de veinte días- y le dijeron a
Aarón: haznos un becerro de oro a quien podamos adorar. E insistieron tanto que
este último recogió los aretes de oro de todas la féminas –solo le permitió a
las judías bellas que desfilan por
la alfombra roja tiaras de diamantes y
platino que valen fortunas, así se sigue cumpliendo con la tradición-y fundió
un bello becerro de oro y el pueblo de Israel se regocijo y ahí se armó el jolgorio con bailes y cánticos.
Moisés al fin bajó del monte con unas
tablas de arcilla donde Dios le había dictado los diez mandamientos pero como
Moisés también escribía mal-Disgrafía- tuvieron que transcurrir los cuarenta
días y cuarenta noche para escribirlo. En vez de escribir “No matareis…”
escribía:
“No matarun a menos que el
individuo sea de otra religión”
“Y no invoquéis mi nombre en vano al menos que sea para reafirmar una mentira o
un pacto”
“Guardad el Sabbath menos las niñas impúberes”
“No adorar imágenes ni tótems excepto los
dos querubines de oro que me van a colocar en un arca de la alianza”
Y así sucesivamente…
Dios tenía que corregirlo hasta que el
decálogo estuvo completo. Moisés bajo del monte de lo más orgulloso. Al fin
traía leyes para el pueblo como un magistrado. Claro, en la corte egipcia le
habían enseñado sobre Derechos Civiles y Derechos Humanos- esta última se
convirtió en organización mundial en 1948 que hablaba y condenaba mucho pero no
resolvía nada.
El
pueblo hebreo fue el primero en tener una especie de constitución a la antigua
pero constitución al fin.
Moisés al fin bajó del monte con unas
tablas de arcilla donde Dios le había dictado los diez mandamientos. Moisés
bajo del monte de lo más orgulloso. Al fin traía leyes para el pueblo como un
magistrado.
Lo primero que hizo fue sentarse a
descansar y en esta escena se basó Miguel Ángel para esculpir su estatua de
Moisés airado al ver lo que hacia el pueblo. Yo leí el análisis psicoanalítico que Sigmund Freud hace de la situación cuando
era un adolescente pero ahora que los años me han traído más sabiduría hago uno
más agudo.
Moisés se sentó y lo primero que vio fue la
orgia que los hebreos hacían frente al becerro de oro. Y como era un hombre , primero se enojó pero después la
barba creció y creció, larga y gruesa- Miguel Ángel tuvo un maestro así en su
adolescencia- y la concupiscencia le lleno todo el cuerpo- simbolizada por los
dos pequeños cuernos que le afloraron en la mente- y rompió las tablas de
arcilla que Dios le había dictado- eran unas placas pequeñas para el compendio
de leyes y restricciones que Moisés creyó haber oído del Altísimo pero los
hebreos escribían de derecha a izquierda y sin vocales- por eso las tablas de
arcilla parecían tan pequeñas en comparación con el cuerpazo del patriarca.
Moisés se incorporó al baile y se desnudó
ante todo el mundo exhibiendo su
armamento que era digno de las fantasías de Miguel Ángel. De repente, del monte
Sinaí se escuchó un estruendo, la tierra tembló y un rio de lava bajo por las
laderas.
Entonces Moisés se acordó del pacto con Dios
y se arrepintió de lo que hacía o sea que volvió en sí. Y llamo a Aarón para que diera cuenta de todo
aquel relajo- primero se vistió pues estaba desnudo, muy humana su conducta.
-Este pueblo va a acabar con
mi paciencia. Dios le mandará plagas y peste.
El pueblo pasó de la glosadora al pasmo por
el pecado que habían cometido. Moisés agarró la esfinge de oro y la fundió en
fuego.
Moisés se dirigió al monte Sinaí cabizbajo
pero sereno. Rayos y truenos pululaban a su derredor, un arroyo de lava se
desparramaba a sus pies diciendo lo molesto y airado que estaba YAHVEH.
-Perdona a este pueblo pecador que
elegiste entre tantos pueblos de la humanidad y recuerda el pacto que hiciste
con Abran, Jacob e Isaac-dijo a Dios.
- Voy
a destruir a ese pueblo desobediente que
solo espera un chanche para contradecirme. Y a ti por desnudarte en público. No
sabes que a mí no me gusta ver las partes íntimas de hombre… Pero tú no te quedas atrás. Pensaba eras mi
Santo Varón y he aquí que rompes las tablas de arcilla y te incorporas a la orgÍa.
-Lo sé mi Señor. Pero recuerda que soy un
hombre y que la carne es débil. Ya tengo 80 años y ver tantas chicas desnudas
hizo que me entrara un fuego juvenil por dentro y no pude resistir. Y así pasó
todo.
-Pero con todo lo que te he enseñado. Con
todo lo que has visto de mí poder ¿Cómo caes en esas cosas de un jovencito?
-Perdona mi Señor pero debo recordarte que
tu hiciste un paraíso con una pareja- varón y hembra-para que andarán desnudos
por doquier y le colocaste sexo a cada uno para que se acoplaran. Mientras
tanto ellos daban nombres a aves y animales hasta que montaron a pelo un
caballo blanco. Entonces los dos cuerpos tan próximos sintieron un calor
extraño que les llenó todo el cuerpo. Y Adán apuntó a Eva que se echó para
adelante y fue algo muy dulce lo que sintieron- y continuó- Así que eso es lo
más divino que hayas creado en toda tu creación aunque sea para rejuvenecer la
especie. Y yo sigo siendo un
hombre sujeto a tentaciones. La próxima vez que me veas en eso fulmíname, con
uno de tus rayos.
Dios hizo silencio por unos instantes,
luego dijo:
-Y ¿Y dónde te enseñaron todas esas
boberías? ¿Los sacerdotes egipcios?
- No. Mi señor. Simple deducción lógica y
la Hermenéutica.
- ¿La qué?
- Es el estudio de los textos sagrados,
como harán con los tuyos de aquí a varios siglos. Una tremenda joda, Señor,
tremendo lio que harán los eruditos, teólogos, exegetas, etc.-y continuó con su
arenga:
-Dejame agregarte algo, mi Señor-dijo
Moisés con valentía.
“Cuando creaste la historia del Paraíso, de
la manzana, de la primera pareja humana, de la Serpiente- ¿Por qué las
serpientes son vilipendiadas en toda la historia? – o de un loro parlanchín que
les abrió los ojos a la realidad, esa
historia la inventaste para un pueblo de pensamiento mágico que creía en
cualquiera historia al calor de una
fogata y a la entrada de una cueva. Posteriormente después de varias
generaciones y como no existía el lenguaje escrito, como sí tienen los Fenicios
la historia se fue agrandando y aumentando adecuándose a nuevas situaciones políticas, económicas y
sociales y a los nuevos tipos de armamento. Y así transcurrió hasta nuestros
días en que esclavos en Egipto, con la idolatría, las deviaciones sexuales y
otras cosas que degeneraban a los hebreos, se agrega la portentosa historia de
las plagas para que el pueblo viera que tenía un Dios poderoso que le ganaba a
todos.
“Los hiciste salir de Egipto con mi guía y
atravesar el mar rojo con puro poder tuyo. Y ahora que nos hemos constituido en
un pueblo de muchos, viste que necesitábamos leyes y mandamientos para meternos en cintura pues en realidad somos un pueblo santo pero esencialmente
tenemos la misma naturaleza humana que otros pueblos”.