EL SACRIFICIO DE ISAAC
Fragmento de la novela Los Dioses también ríen.
Orlando Vicente Álvarez
Y pasó el tiempo y un día Dios le dijo a Abrahán que haría un pacto con él y su descendencia: la circuncisión – con lo que duele eso, decímelo a mí que tantas he realizado. También le prometió a Abrahán un segundo hijo con su esposa Sara. Ambos eran viejos como de 100 años. Ya Abrahán tenía un hijo llamado Ismael con una esclava, pero este hijo era de segunda y había que deshacerse de él. Sara fue la que achuchó a Abrahán para que se deshiciera del niño y este la envió al desierto con un ánfora de agua. Ambos se morían de sed y el niño lloraba, entonces la esclava lo dejo bajo un árbol y se dispuso a verlo morir de sed. Un ángel bajo del cielo y trajo agua a ambos. Ellos se fueron al este y fundaron a los Amonitas y otros grupos sociales. Dios siempre dividiendo y clasificando la descendencia
.
Un día Dios le dijo a Abrahán que llevara a su hijo primigenio a un monte cercano y- Isaac-y lo sacrificara como se acostumbraba en aquellos tiempos como si fuera sacrificar un novillo solo para probar la fe del santísimo varón- caray, no podía sustituirlo por unas palomitos y un poco de incienso- Nadie pudo describir el rostro de Isaac cuando vio el cuchillo acercarse a su cuello, debía ser de terror, el pobre, ver a su querido padre que lo iba a matar por un Dios que ni el mismo veía, es de lastima. Pero cuando el susodicho iba a practicar el sacrificio apareció un ángel- los ángeles siempre aguan lo mejor de las películas- y le impidió del acto.
Así Abrahán se redimió ante Dios y su descendencia cubrió la faz de la tierra. Gracias a él existimos por lo que debíamos adorarlo a él y no a Dios y hacerle santuarios por todas partes- que no me oigan los Testigos de Jehovah por lo de los santuarios, le huyen como al sarampión.
No comments:
Post a Comment