SE ACUERDAN DE LAS TARDES DE CINE DE DOMINGO EN CUBA ?
para que la película tuviera un final feliz o a medias.
A mi lado en el cine me acompañaban dos señoras con sus pañuelos para
enjuagarse las mucosidades y las lágrimas y los exprimían de vez cuando
sobre mi pantalón, parecia que me había orinado de la emoción.
Yo por mi parte lloraba a raudales. Al punto que una security del cine
preguntó a gritos si había médicos presentes. Se presentaron siete. Uno
dijo que era un ataque al corazón, otro que portaba el síndrome de
depresión bipolar esquizoide agudo, otro que tenía una ortopnéa de tanto
maullar. Pero fue uno solo del hospital John Hopkins que dio el
diagnóstico certero---especialista en proctología,
-Este paciente se ha hecho en los pantalones, no sienten el olor- Todos se acercaron y retiraron sus cabezas espantados. El profesor que sabía mucho me dijo.
-Este paciente se ha hecho en los pantalones, no sienten el olor- Todos se acercaron y retiraron sus cabezas espantados. El profesor que sabía mucho me dijo.
-Hijo. Ve al baño y límpiate bien. Es la emoción de la película cuando
la mujer lanza al viento las cenizas del fotógrafo se te aflojaron los
esfínteres. No pasa nada. Ahh. Y recuerda primero limpiarte el rostro
de lágrimas y mocos pues al revés parecería que sales de una película de
horror con olores y todo.
Aquello se convirtió en una funeraria cuando el carro fúnebre se lleva
al muerto: ¡No se lo lleven! ¡No se lo lleven! Parecía que gritaba
todo el mundo en la escena final de las camionetas.
DR ORLANDO VICENTE ALVAREZ
CUBANO URUGUAYO
GENIO
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