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Tuesday, May 1, 2018

HUMOR BÍBLICO: MOISES DE JOVEN.


SEGUNDA PARTE.
   LOS DIOSES TAMBIÉN RIEN.
      MOISES Y EL EXODO.
      MOISES DE JOVEN.
   A mí me gusta la leyenda de Moisés dejado en una canasta en  las aguas. Es más imaginativa. El padre del niño era de origen nórdico y la madre morocha hebrea. Nació un niño precioso como son los de Escandinavia. En esos tiempos, el Faraón mando a degollar a todo hijo de los hebreos en Egipto- no sé por qué les tenían tanto odio a los hebreos, sobre todo si eran esclavos en todos los tiempos, será por su religión que era monoteísta o porque Dios le había hecho una promesa a Abran, Isaac y Jacob que los protegería de todo mal.
   Lo cierto es que sus padres quisieron darle una oportunidad a la suerte o que Dios, en su inmensa misericordia, salvaría de alguna  manera al niño. Lo embutieron en una canasta calafeteada y lo colocaron cerca de donde la princesa, la hija del Faraón se tomaba su baño semanal – para mí que era nuestra vieja amiga Nefertiti extranjera igual que los  hebreos.
   Dicen que la cesta significa el útero materno o el regazo y que las aguas el líquido amniótico- según los exegetas y la Hermenéutica o el bautismo de Cristo por Juan el Bautista según otros- pero yo me quedo con las santas escrituras: la Biblia cristiana, el Torá y hasta el Corán que describe esta escena.   La canasta se deslizó corriente abajo entre Hipopótamos y cocodrilos. Una tía del crio, que lloraba y chillaba de hambre, se quedó como a 100 metros de distancia escondida entre los juncos a  ver lo que sucedía.
   La princesa egipcia que tenía buen corazón pero odiaba a los hebreos como le habían enseñado, mandó a sus doncellas a ver qué pasaba. Y he aquí que vio un niño blanco como la leche y ojos azules y se compadeció de él.
   _Pero cómo lo criamos en el palacio. Necesita una nodriza que lo amamante.- Dijo.
 La tía salio de su escondite y le musitó que conocía a una mujerona con abundante leche, hebrea y que podía cuidarlo.
   La princesa se compadeció del crio y estuvo de acuerdo y dijo solemnemente:
- yo prohijó a este niño hasta que sea un tarajalludo y pueda venir a la corte. Yo pago su manutención-era realmente buena la princesa en eso de soltar la plata   Y lo dejó ir con la tía y la verdadera madre lo amamantó y lo salvó de las asechanzas del Faraón y sus huestes hasta que el niño tuvo edad suficiente para ir al gran palacio.  
   Y allí le enseñaros todo lo que tiene que saber un príncipe: dibujo artístico para escribir en jeroglíficos-animales y guerreros y faraones en inmensas batalla, aritmética, gramática, buenos modales, arte conceptual- comparando las tres pirámides, con tres más pequeñas y un taburete. También toda la literatura que debe saber un futuro Faraón.

   Ya hecho un adolescente Moisés  se enamoró de una joven princesita de 13 años que  en egipcio se llamaba DIAZEPINA- que en dicho lenguaje quiere decir “SOMNOLIENTA”. Un amigo le dijo que practicara “el coitus interruptus” o sea  que derramara su semilla afuera de la vagina  de la chica  como hizo Onan con Tamar. Pero un sacerdote egipcio de mucha sapiencia le enseñó como colocarse un condón de tripa de toro sacrificado en luna llena- así los Dioses daban el visto bueno a la acción- para que Moisés satisficiera sus impulsos amorosos que a esa edad eran irreprimibles.
   Cuando  se entronó como príncipe heredero- todos los demás habían muerto de difteria o en las batallas- Moisés tomó el barco real, que era una preciosura- y lo llenó de esclavas bellas venidas de todas partes. Todas jovencitas y usó los condones que le proveía el sacerdote real.
    Y se cansaba, extenuado de tanto sexo y cebada fermentada hasta caer inconsciente en la noche.
   Pero El Señor no se había olvidado de él. Lo tenía en la mira desde su nacimiento pero lo dejó ir a Egipto para que se preparara para ser un patriarca con conocimientos que sólo los egipcios sabían.
   Moisés ya sentía el cosquilleo de ser un patriarca y de compadecerse de los hebreos como  su madre verdadera le había enseñado de chico.

    Cuando Moisés cumplió los 40 años empezó a intervenir el Señor. Lo había escogido desde su nacimiento porque sabía el futuro y era como se dice en inglés “the one”      

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