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Se puede hacer de cualquier tipo de leche tanto animal como vegetal. Científicamente hablando, los granos de kéfir de leche contienen una compleja mezcla microbiana de bacterias del ácido láctico y levaduras.
Es rico en bacterias beneficiosas más conocidos como probióticos, en proteínas, calcio y vitamina B12, con la ventaja de que en esta bebida, se reduce el contenido en lactosa y así evitando intolerancias.
Beneficios para la salud del kéfir
Además de contener una cantidad concentrada de varios nutrientes claves, también se ha demostrado que el kéfir estimula la inmunidad, fortalece los huesos, promueve la salud digestiva, reduce las alergias y más.
1 cucharada granos de kéfir de leche
1 taza leche
Coloca los granos de kéfir en un recipiente de vidrio y vierte la leche. Remueve y cubre para que no entren insectos ni polvo.
Deja que la leche fermente con los granos fuera de la nevera durante unas 24 horas. Puedes ir comprobando cómo está el kéfir periódicamente para ver si el suero ya empieza a separarse.
Cuando empieces a ver pequeñas cantidades de suero de leche, el kéfir probablemente ya esté listo.
Mezcla el kéfir y los granos de kéfir y vierte la mezcla en otro recipiente pasándolo primero a través de un colador (acero o plástico) para separar los granos de kéfir. Si es muy espeso, se puede agitar suavemente el colador.
Mete los granos de kéfir en su jarra de nuevo y añade un poco más de leche para repetir el proceso.
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