HESTON SLAVER
CC ASTILLOS 

Lluvia, granizo, y hielo:
Todos separados
pero cuando caen
se convierten en la misma agua
en el arroyo del valle.
Al carajo la gloria, los triunfos, el dinero.
Tirado cara al cielo, saborear mi pulgar.
* * *
La poesía
es ridícula: escríbela,
enorgullécete,
ufánate al espejo
y créete que sabes.
* * *
El trabajo de un maestro no puede ser medido
Aunque sacuda como los sacerdotes sus lenguas explicando el “Camino” y murmurando acerca del “Zen.”
A este viejo monje nunca le importó la falsa piedad
Y delante de Buda mi nariz se arruga por el oscuro aroma del incienso.
* * *
Bosques y campos, rocas y matojos, mis verdaderos compañeros.
La maneras salvajes de la Nube Loca nunca cambiarán.
La gente cree que estoy loco, pero no me importa:
si ya soy un demonio aquí en la tierra, no hay porque temer en la próxima vida.
-Ikkyu-
* * *
..fue el más riguroso y profundo de los sacerdotes Zen”
- Yasunari Kawabata, discurso al recibir el Premio Nobel en 1968.
Ikkyu Sojun (1394-1481) es uno de los personajes más desconcertantes y menos conocidos de la literatura japonesa. Desempeñó un papel destacadísimo en la historia del Zen, y algunos de los episodios de su vida siguen siendo narrados en templos y monasterios. Figura en la tradición histórica de artes tales como la música de flauta, la ceremonia del té, la caligrafía, el ikebana, y el teatro Noh. Reconstruyó dos templos budistas que habían sido destruidos por las guerras. Pero sobre todo, fue un gran poeta.
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