EL PENE DE HARRIS https://www.elobservador.com.uy/nota/un-pene-congelado-y-el-fantasma-de-diana-asi-es-el-libro-del-principe-harry-202311615190 Antes de proseguir, conviene aclarar que a su hermano lo llama "Willy" (algo que en inglés puede ser sinónimo de “pene” o “picha”), pero su manera más educada de referirse a su pene es denominándolo “chorra”.
"Circulaban innumerables historias en libros y periódicos (incluso en el New York Times) que afirmaban que Willy y yo no estábamos circuncidados", cuenta el príncipe en sus memorias. "Todos ellos decían que nuestra madre lo había prohibido, y aunque es absolutamente cierto que la posibilidad de que el pene se congele es mucho mayor si no estás circuncidado, todas aquellas historias eran falsas. Me dieron el tijeretazo cuando era bebé". VANITY
Su congelación mejoró en cuanto el duque regresó al clima más clemente de Inglaterra, y la mayor parte de su cuerpo se recuperó a tiempo para la gran boda real. Pero, tal y como era de esperar, la más extrema de sus extremidades tardó un poco más en volver a la normalidad. Así que, según cuenta al parecer en sus memorias, mientras recorría aquel pasillo de Westminster para prestar su apoyo en el nuevo capítulo que se abría en la vida de su hermano, su miembro seguía convaleciente. No sé exactamente qué es lo que aporta el habernos contado todo esto, pero gracias a eso ahora puedes googlear "pene del príncipe Harry" y recibir resultados ligeramente más apropiados para un ambiente laboral que antes (¡O eso cabe suponer!).
Pero la gran congelación no es la única muestra de horror corporal que hemos presenciado en los titulares como resultado de sus memorias. La otra (una tan divertida como descorazonadora, y a la que llevo días dándole vueltas) es ese momento tras el funeral de su abuelo, Felipe de Edimburgo, en el que tanto los dos hermanos como su padre, el rey Carlos III que pronto será coronado, se reunieron en el cementerio familiar para hablar sobre la decisión de Harry y Meghan de huir a Estados Unidos. Fue un momento en el que Harry se sintió incomprendido y, lo que es peor, como si nadie hiciera siquiera un esfuerzo por tratar de comprenderle.
Este es el supuesto contenido de dicho pasaje: “Miré a Willy, me fijé de veras, quizás por primera vez desde que éramos niños, asimilando cada detalle: su habitual ceño fruncido, que siempre había sido la norma a la hora de tratar conmigo". Harry también pone de relieve que Guillermo se estaba quedando calvo, y que su calvicie era “más avanzada que la mía”. Eso sí que es una pulla entre hermanos. Pero entonces llega esto: Harry se percata de que, a consecuencia de la calvicie, el parecido de Guillermo con su difunta madre se había “desvanecido”.
En cierto sentido, su propio hermano le resultaba irreconocible a Harry. ¿Acaso hay algo más horrible que eso? La persona que quizá sea la única con acceso a aquello que tú viviste (los problemas de la monarquía, el hecho de tener ese padre y cargar con esas expectativas, la tragedia de perder a su madre) se va desvaneciendo hasta convertirse en algo diferente. Algo más calvo. Guillermo había superado la edad en la que ejercía de puente hacia lo anterior, perdiendo por el camino el pelo y, por tanto, el parecido con su madre. Y, lo que es peor: sigue siendo el hermano mayor de Harry.
Estos dos momentos, primero el de la congelación y luego el tema de las entradas, dan la sensación de que la masculinidad de Harry, y, lo que es más, su propia humanidad, parezcan estar en juego durante el proceso de escritura de Spare: en la sombra. Es en estos fragmentos donde el libro —recordemos que poca gente fuera de España ha podido leerlo de cabo a rabo— por el momento parece ser más una suerte de exorcismo, máxime al ponerlo en contexto con la entrevista con Oprah y su docuserie en Netflix. Sea esa o no la intención, Harry ha copado internet, la televisión y la prensa escrita con sus propias historias sobre cada una de sus partes, incluyendo aquellas cuestiones más físicas y personales.
Hay para quienes presenciar todo este ejercicio podría interpretarse como el verdadero horror corporal del asunto. Pero si esto le resulta útil, si es capaz de hallar paz en el vómito informativo, entonces al menos podremos entenderlo. Al fin y al cabo, a veces lo único que alivia es desahogarse.
Artículo original publicado por Vanity Fair USA y traducido y adaptado por Darío Gael Blanco. Accede al original aquí.
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